jueves, 30 de abril de 2020

El libro de los muertos ( Egipto)




¿Qué es el Libro de los muertos y el Inframundo para los egipcios?

Aquí podéis ver un documental sobre el Libro de los Muertos en Egipto.
https://www.youtube.com/watch?v=-hi6h1lGlvM

¿Cómo suena el texto de este libro? Podéis oírlo aquí, al menos un rato




Árboles genealógicos de Islam & Abdalláh



Anteayer Islam y Abdallah me enviaron estas fotografías de sus árboles genealógicos, tras investigar en la memoria de su madre, su padre. Me sorprendió mucho por dos razones:
1º)  no ver a ninguna mujer salvo la madre de los niños
2º) por la cantidad de generaciones que son capaces de recordar, estas ramas van más allá de tres o cuatro generaciones que es lo que alcanza a recordar generalmente un niño español.
Me hizo recordar a los indios americanos aquella carta del Indio de Seattle al presidente de USA  en 1855 en el que se decía que deberíamos tener en cuenta los efectos de nuestras decisiones y sus consecuencias hasta la séptima generación que nos siga.

Ayer volvieron a hacer un árbol, ya que son hermanos gemelos, e incorporaron a las mujeres de su familia. Aprendieron con su padre y la ayuda de los vídeos que subí a nombrar las relaciones familiares en español.  Aquí podéis ver el nuevo árbol, el boceto de esta familia extensa.


Felicidades me encanta estos árboles, es un borrador. Lo mejorarán, pero el proceso es importante para ver de dónde partimos y hasta dónde llegamos. Todo tiene su valor.
Os subiré sus audios más tarde, ya que están aprendiendo a leer y escribir en español y tengo que subir los audios aún.
Mañana es fiesta, 1 de mayo, el día del trabajo y no volveremos hasta el lunes.
Descansad y acordaros de lavaros bien las manos al volver del paseo, cambiaros de ropa y no bajéis la guardia.  ¡A cuidarse!

NORMAS PARA SALIR DE CASA

YA PUEDEN SALIR LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS, OBSERVA LAS NORMAS PARA SALIR DE FORMA SEGURA AQUI:
https://padlet-uploads.storage.googleapis.com/485439181/0ea2a73f2a82354a64f59808512eea2d/EOEIP_1_INFORMACI_N_SALIDA_CASA_NI_OS_AS_COVID19.pdf

Empiezan a detectar niños con necesidad de ayuda psicológica

La UMH detectará niños que necesiten ayuda psicológica durante el aislamiento

Los padres pueden completar online el protocolo de evaluación, con preguntas relacionadas con el ánimo, la ansiedad o conductas problemáticas

30.03.2020 | 20:04
Niños durante el confinamiento 
El miedo al Covid-19 y el aislamiento social obligatorio puede tener consecuencias psicológicas y alterar el estado emocional de niños y adolescentes. Con el fin de detectar síntomas emocionales en estas poblaciones, profesores del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche lideran un estudio para poder ofrecerles, posteriormente, un programa de intervención online que les ayude a aumentar sus habilidades de afrontamiento y a reducir sus problemas emocionales.
Este trabajo forma parte de un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que persigue evaluar y tratar psicológicamente niños con problemas emocionales, y está liderado por los profesores de la UMH Mireia Orgilés y José Pedro Espada. Durante el aislamiento se va a habilitar un protocolo especial para detectar y hacer seguimiento de casos de riesgo que posteriormente precisen atención psicológica.

Cualquier padre o madre podrá completar online el protocolo de evaluación, que incluye preguntas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, conductas problemáticas y otras situaciones que afecten al bienestar infanto-juvenil. Los datos aportados permitirán hacer un seguimiento de la evolución de su estado emocional. El estudio, voluntario y gratuito, requerirá 10 minutos a la semana para completar los cuestionarios. Una vez termine esta situación de emergencia sanitaria, se contactará con los padres de aquellos niños que requieran pautas psicológicas para poder recuperar su bienestar emocional y se les ofrecerá una intervención psicológica online.
Según los profesores de la UMH Mireia Orgilés y José Pedro Espada, miembros del grupo de investigación Aitana, los problemas emocionales son frecuentes en niños y adolescentes y en muchos casos, éstos no cuentan con recursos para afrontarlos. La capacidad de entender lo que ocurre estos días es menor en los niños y sus recursos de afrontamiento son menores que en los adultos. Manifestar una mayor sensibilidad, tristeza, miedos, preocupación, irritabilidad o ansiedad puede ser común en algunos niños y adolescentes desde los primeros días de aislamiento, mientras que en otros esos síntomas pueden ser visibles semanas más tarde.
Según los profesores de la UMH, es muy probable que la situación de aislamiento social produzca un repunte síntomas emocionales negativos como ansiedad excesiva o depresión en población infanto-juvenil. La detección y el seguimiento de los casos de riesgo permitirá atender tempranamente los síntomas mediante programas de tratamiento psicológico testados.

DOCENTES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS


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Docentes en tiempos de coronavirus

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Una de las primeras medidas que se tomaron en España para hacer frente a la crisis del coronavirus fue la de cerrar las guarderías, los colegios, los Institutos y las Universidades. Se decía entonces (todavía no se había decretado el estado de alarma) que cerrar las instituciones educativas no debía llevar a reunirse en parques, calles, cafeterías o discotecas. Lo que se buscaba, prioritariamente, era evitar el contagio.
De inmediato, de manera inevitablemente improvisada,  se  empiezan a arbitrar medidas para que el profesorado se ponga a diseñar actividades de aprendizaje online con el fin de  no convertir el confinamiento en unas vacaciones. Con toda la energía y la ilusión del mundo los docentes se ponen a la tarea. Tienen que reinventarse súbitamente y empezar a trabajar de otro modo.
La situación es completamente nueva, absolutamente inusitada, del todo imprevisible. Nunca se había organizado el curriculum ordinario a distancia.  Por primera vez había que planificar, dirigir, desarrollar y evaluar la enseñanza desde las casas del profesorado a las casas de los alumnos y las alumnas. De un día para otro. Sin preparación alguna, sin el más mínimo ensayo.
La complejidad del proceso es enorme, a pesar de que solo se va a desplegar la acción en torno a la dimensión cognitiva del curriculum. En primer lugar porque tienen que implementarse medidas desde la Administración educativa ya que no se trata de que cada uno haga lo que le parezca oportuno. En muchos casos, esas  medidas no llegaron a tiempo o fueron confusas y agobiantes.  En segundo lugar, porque requiere una sala de profesorado virtual y un despacho de dirección virtual improvisado en los que se coordine todo el proceso. La actividad que se pretende organizar no es la clase particular de un docente a un aprendiz sino un proyecto compartido de una institución desplegada ahora en el espacio y en el tiempo. Una institución que  pretende formar seres humanos, críticos, solidarios y compasivos.
En algunas comunidades autónomas, las prescripciones de la Administración son tan minuciosas y asfixiantes que generan ansiedad en quienes no se ven capaces de llevarlas a cabo por falta de condiciones, medios digitales y conocimientos adecuados para manejarlos. Acostumbrados a la enseñanza presencial, esta nueva situación a algunos les desborda.
Nos encontramos con un problema que afecta a muchos docentes que, por edad o por falta de formación, carecen de las destrezas digitales necesarias para la docencia en línea. ¿Cómo dirigir un proceso en el que quien tiene que liderarlo no dispone de las herramientas y conocimientos necesarios? Además, lo tiene que hacer en la soledad de su casa, es decir sin la ayuda de esos compañeros que solucionan todos los problemas informáticos en el marco de la institución escolar. El esfuerzo individual ha sido aliviado, sin embargo, por la ayuda y la complicidad de compañeros y compañeras, no solo del propio claustro sino de profesores amigos de otros centros. Y por el apoyo de hijos e hijas jóvenes de los docentes que participan en la búsqueda de recursos digitales.
El trabajo se complica porque ahora el profesorado  triplica el número de “alumnos y alumnas”. Los que habitualmente tenía más los dos progenitores de cada aprendiz. Porque los padres y las madres tienen que ayudar en la casa a que sus hijos e hijas realicen bien el trabajo encomendado. Asunto este de gran importancia y complejidad.
¿Cómo plantear tareas para alumnos con diferencias tan notables de desarrollo, de capacidad y de actitud? ¿Qué hacer, por otra parte, con los alumnos y alumnas que tienen necesidades educativas especiales? No se les  puede decir que cada uno se las apañe como pueda. Y, como es lógico, no es previsible que en cada casa se pueda encontrar una ayuda especializada.
Téngase en cuenta, además, que el profesorado está en su casa, a veces con hijos e hijas a quienes atender y ayudar a estudiar. Con obligaciones familiares ineludibles de diverso tipo que no puede desatender: limpieza, preparación de comida, compras…
La situación  es tan novedosa que requiere de ingenio para atender la diversidad, para favorecer la cooperación y para inventar nuevas estrategias de aprendizaje y de evaluación, antes no experimentadas. Y para mantener “ese calorcito del aula”, como he oído decir estos días a un maestro en televisión. Téngase en cuenta que no se trata solo de encomendar tareas sino que de que esas tareas sean revisadas y devueltas.
A estos problemas se añaden las circunstancias de las familias. En algunas es muy difícil seguir las pautas de aprendizaje que se les plantean desde las instituciones escolares.
  • Hay varios hijos de edades diversas y escasos medios que deben compartir en tiempos muy limitados.
  • No hay espacios independientes para el trabajo de cada uno.
  • No todos los hijos son aplicados y responsables.
Hay familias que no tienen sensibilidad para crear un clima de trabajo y prestar una ayuda eficaz a sus hijos. Entre los miles de mensajes que han circulado sobre este asunto,  me ha llamado la atención la conversación de una madre de tres hijos con una amiga Voy a reproducir algunas ideas casi literalmente.
– “Como me cruce con un maestro por la calle le abofeteo la cara, me da igual si no es el de mi hijo. Pero es maestro”.
– “Los niños están todo el día: mamá, el código este, mamá el otro código… A mí, que no soy capaz de recordar siquiera el código de la tarjeta”.
– “Madre mía, qué amargura. Yo lo que digo es que si no hay escuela, no hay escuela. Si se tiene que repetir el curso, se repite, pero que nos dejen vivir”.
– “La primera vez que oí lo de los códigos me dio un ataque de ansiedad y encima todas las madres hablando por los grupos de la escuela. Tuve bloqueados durante cuarenta y ocho horas los dos grupos de whatsapp de la escuela.  Yo pensaba que todos iban a hacerlo menos los míos.  Estaba histérica”.
Medio en broma medio en serio esta madre desvela algunas actitudes de las familias. Algunas  se sienten molestas por el envío intenso de tareas y por la exigencia de actividades de aprendizaje. Otras, que de todo hay, entienden que los profesores no  hacen nada y que no envían  suficientes actividades… Los padres y las madres, que tienen que bregar con uno, con dos o con tres hijos en la casa, se dan cuenta ahora de lo que es trabajar con veinticinco alumnos todo el día.
En la provincia de Mendoza (Argentina), según me cuenta mi amigo Horacio Muros, Director de la Escuela El Molino, en un correo que acabo de recibir, las autoridades educativas están planteando la idea de que el profesorado reduzcan sus vacaciones de verano (nuestras vacaciones de Navidad). Como si ahora no estuvieran trabajando a destajo con una enorme ilusión y creatividad. Qué barbaridad.  Qué atropello.
A todas estas cuestiones se añade, a mi juicio, la más importante. La situación hará que las diferencias sean más grandes, ahondando la desigualdad. La brecha digital es tan enorme que acabarán pagando el pato los alumnos más desfavorecidos, los más vulnerables. Hay zonas rurales sin cobertura y hay familias sin un solo ordenador.
Son justamente aclamados los profesionales de la sanidad en el aplauso cotidiano de las ocho de la tarde.  Es una forma de reconocer un trabajo esforzado, duro, arriesgado y generoso. Resultaría muy triste y doloroso pensar que algunas personas en lugar de soltar las manos en un aplauso merecido, quieran soltarlas para castigar el trabajo extremadamente arduo y complejo del profesorado, como en el caso de la madre que he citado más arriba. Seguro que son solo excepciones.
La tarea del profesorado es problemática, compleja y difícil. Pero resulta especialmente agobiante en esta situación excepcional. Una situación imprevisible que se prolongará en el tiempo no se sabe cuánto, aumentando la incertidumbre. Quiero solicitar para estos abnegados y silenciosos profesionales la admiración, el afecto y la gratitud que se merecen. No salvan la vida físicamente, pero cultivan la mente, enseñan valores  y cuidan el corazón.

DEFENDER LA ALEGRÍA AUN ES POSIBLE


Alegría

Aun es posible la alegría

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Debo el título de este artículo a mi amigo, ya fallecido, el escritor  navarro José María Cabodevilla. Es el titulo de uno de sus 33 libros. Lamentablemente, al ir a buscar el ejemplar en mi biblioteca, no lo he encontrado, aunque lo he tenido y leído. Quería citar alguno de sus párrafos. Será para otra ocasión.
Veo en el título tres partes esenciales. En primer lugar el adverbio “aun”. Lo considero pertinente  en estos momentos porque la situación mundial en la que estamos inmersos es aterradora. Miles de muertos, muchos más miles de infectados, miedo metido en los huesos, derrumbe de la economía, insolidaridad en la gestión de la crisis, actuaciones irresponsables de ciudadanos y ciudadanas que desoyen no solo las recomendaciones sino las órdenes… Pues bien, a pesar de todas esas terribles circunstancias, aun podemos mantener la alegría. Luego diré por qué.
En segundo lugar, aparece la expresión “es posible”. Lo cual quiere decir que no es seguro el alcance de esa meta a la que deseamos llegar. Porque hay que trabajar de manera perseverante, inteligente  y esforzada. La alegría no es un regalo, es una conquista. Decía Mahatma Ghandi: “La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma”. Cuando digo que es posible estoy pensando en que, si no hay esfuerzo inteligente, puede ser que no se consiga. “Llegué por el dolor a la alegría”, afirmaba el poeta José Hierro.
Los actos aislados y colectivos de  heroísmo, y de generosidad que se están produciendo son innumerables. Esos actos hacen posible la alegría. Hablo de heroísmo no en términos figurados sino estrictos. Personas que arriesgan la propia vida para salvar la ajena. Y hablo de generosidad. Empresas que, a pesar de que la situación económica es incierta, destinan tiempos y materiales de forma gratuita para satisfacer necesidades apremiantes. Mi cuñado Antonio Gámiz  ha puesto su fábrica textil Bassette a producir mascarillas que el Ayuntamiento de Priego de Córdoba repartirá a las personas que las necesiten. Los padres de mi amiga Irene Martín Ruano entregan su habilidad y su tiempo para confeccionar mascarillas para el Centro de Salud de El Palo. Mi suegra y su hermana le hacen un bizcocho a la farmacéutica que les lleva las medicinas a domicilio. Mi amigo Antonio Molina, policía local de Rincón de la Victoria, me cuenta con emoción que acude con sus compañeros a felicitar a quien cumple años para celebrarlo comunitariamente desde la calle… Por poner algunos ejemplos cercanos. Hay quien dona dinero, quien ofrece tiempo, quien entrega ayuda y afecto a quienes lo necesitan. Innumerables hechos que propician y justifican la alegría.
En tercer lugar, nos encontramos con el concepto nuclear del título: “la alegría”.  La alegría es un sentimiento de placer producido por un suceso favorable que suele manifestarse con buen estado de ánimo, la satisfacción  y la tendencia a la risa o a la sonrisa. Henry Bergson dice que “la alegría anuncia siempre que la vida ha triunfado, que ha ganado terreno, que ha conseguido una victoria: toda gran alegría tiene un acento triunfal”.
Dice el novelista español Benjamín Jarnés, escritor de la Generación del 27, que “el júbilo verdadero solo se adquiere  a costa de un dolor vencido”. Estoy seguro de que podremos vencer la angustia, el miedo, el sufrimiento y la desesperanza de esta horrible crisis.
Existe diferencia entre felicidad y alegría. La felicidad es un estado emocional que causa un efecto permanente y estable debido a la importancia personal que se entrega a las causas de dicha felicidad. Una persona puede ser feliz, por ejemplo, por la familia que tiene y otra puede serlo al alcanzar una posición laboral deseada.
La alegría es un estado emocional momentáneo y espontáneo.La alegría es considerada una emoción, o sea, una reacción física instintiva. A pesar de ser temporal, la alegría es necesaria como una forma de enfrentar la vida, como camino para alcanzar la felicidad.
Qué alegría, decimos cuando nos dan una buena noticia, cuando henos conseguido un éxito o cuando nos visita un amigo. Pues bien, espero que pronto podamos recuperar alegrías que nos han abandonado: la alegría de viajar, de asistir a un concierto, de ir al cine a ver una película con los amigos, de salir a cenar al restaurante favorito, de dar un largo paseo por las calles de la ciudad o por el monte, de preparar con esmero las próximas vacaciones, de salir de compras sin miedo alguno, de asistir a una conferencia o a la presentación de un libro…
Mientras tanto podemos disfrutar de muchas otras que la prisa o el ajetreo nos robaban: la alegría de leer durante horas, de ver una película en familia, de hacer algunas llamadas para recuperar una vieja amistad, de charlar largamente con los hijos, de ordenar aquellos viejos materiales, de poner orden en los ajetreados recuerdos,  de dormir unas horas más, de descubrir todos los rincones de la casa, de repasar las fotografías de antiguos viajes, de emprender una actividad manual, de reparar aquella mecedora renqueante, echar unas partidas de parchís…
Tengo abierta por la página 178 el libro de Jaume Soler y M. Mercè Conangla titulado “La ecología emocional. El arte de transformar positivamente las emociones”. Y leo lo siguiente: “Escoger la alegría como la mejor opción para vivir es una elección que hay que renovar cada día de forma consciente. Es la decisión de levantarnos y  elegir un filtro brillante y transparente o uno opaco y gris”.
Cuenta a continuación la historia del discípulo de un venerable sabio que estaba sorprendido de que su maestro estuviese siempre sonriente y feliz a pesar de las dificultades que vivía. Un día le dijo:
– Maestro, ¿cómo es que se te ve siempre tan contento y satisfecho?
El maestro contestó:
– Cada mañana, cuando me despierto, me hago esta pregunta a mí mismo: ¿qué elijo hoy, alegría o tristeza? Y siempre elijo alegría.
Aun es posible la alegría. Hay motivos indiscutibles. El descenso de la curva del contagio, la escalada imparable de curaciones, la disminución diaria de fallecidos, la búsqueda apresurada de antídotos y vacunas, el trabajo heroico de los sanitarios, la multiplicación incesante de acciones solidarias, la convivencia familiar, el tiempo libre para actividades de ocio, la próximas salidas de los niños y las niñas, la esperanza del regreso a la vida normal, el aprendizaje online de la mano de maestros y maestras sacrificados  y entusiastas…
He leído recientemente la novela finalista del último premio Planeta 2019, “Alegría”, del aragonés Manuel Vilas. En la página 145 se puede leer: “Porque la alegría es mi responsabilidad como ser humano. Es la fundación de mi naturaleza”. En la penúltima página desea el autor que la alegría sea contagiosa, “con un contagio que vaya de un ser humano a otro ser humano en una cadena sigilosa”. Y yo añado: ojalá se contagie la alegría con más celeridad y eficacia que se transmite el coronavirus.
Mario Benedetti habla con su admirable sensibilidad poética de la alegría:
“Defender la alegría como una trinchera/ defenderla del escándalo y la rutina/ de la miseria y los miserables/ de las ausencias transitorias/ y las definitivas/
defender la alegría como un principio/ defenderla del pasmo y las pesadillas/ de los neutrales y los neutrones/ de las dulces infamias/ y de los graves diagnósticos/
defender la alegría como una bandera/ defenderla del rayo y la melancolía/ de los ingenuos y de los canallas/ de la retórica y de los  paros cardíacos/ de las endemias y las academias/…”.
He querido acortar esta cita. Y no he podido hacerlo antes. A medida que iba transcribiendo me invadía el temor de que yo no podía decir nada mejor que lo que estaba diciendo en su poema mi admirado Benedetti. Por eso es el poeta quien pone el punto final.

MORIR EN SOLEDAD POR MIGUEL ÁNGEL SANTOS GUERRA

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Morir en soledad

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La lucha que estamos manteniendo contra el coronavirus tiene unos protagonistas silenciosos que no podemos olvidar. Me refiero a las víctimas que está causando. “Tenemos que trabajar unidos y mirar hacia el futuro”,  “tenemos que ganar esta guerra”, “vamos a salir de esta terrible pandemia”, decimos. Pero quienes han muerto durante la crisis no podrán ni ver ni disfrutar esa victoria. Los fallecidos constituyen un tributo demasiado elevado que la sociedad está pagando para salir a flote. Una persona que hubiera fallecido, una sola, sería un precio excesivo. Pero ya son más de dieciséis mil las que ha habido en España cuando escribo. Los muertos son de todos. Nos tienen que doler a todos. Nadie debería utilizarlos como arma arrojadiza contra los adversarios políticos.
Las familias de los fallecidos nunca olvidarán esta maldita crisis. Porque les ha llevado un ser querido al que no han podido acompañar en los momentos más duros, al que ni siquiera han podido dar la mano en el último momento y al que no han despedido de manera adecuada. Han tenido que darles un adiós cruel en la distancia, una triste despedida desde lejos de ese féretro que acaso ni han visto. El enfermo se había convertido en una amenaza de muerte para los suyos y la separación era, por consiguiente, una dolorosa  manifestación de amor.
Cuando he sabido que los cadáveres se acumulan en el Palacio de Hielo de Madrid porque las funerarias no dan abasto a los entierros y a las incineraciones, me he acordado de aquel estremecedor pensamiento del escritor austríaco Franz Werfel: “La muerte es la congelación del tiempo. El tiempo  es el deshielo de la muerte”. Y he pensado en la tragedia de la separación del fallecido y de sus seres queridos.
Las estadísticas de fallecidos y sus representaciones gráficas no muestran la soledad, la angustia, el dolor o la desesperación. El coronavirus se ha llevado a abuelos, padres e, incluso, hijos. Se ha llevado a sanitarios, farmacéuticos, policías y guardias civiles. Sin contemplaciones, sin miramientos, sin piedad, a veces sin aviso.  La muerte ha señalado con predilección un sector de la población especialmente vulnerable: los ancianos, las ancianas. Más del 85% de los fallecidos tenían más de 70 años. Una cruel preferencia. La muerte se está llevando a la generación que vivió la guerra, que padeció la hambruna, que sufrió la dictadura, que luchó por la libertad, que  trabajó para que pudiéramos estudiar, que en la crisis de 2008 aportó sus pobres sueldos para ayudar a la familia y que luego luchó, a golpe del bastón en que se apoyaba, por unas pensiones dignas. A ellos y a ellas precisamente. Qué crueldad.
A esas familias que han sido marcadas por la muerte de un ser querido se les habrá helado la sonrisa ante el  último meme ingenioso, se les habrá marcado un rictus de angustia ante la última broma. Solo les quedarán como recuerdo las lágrimas y la soledad de su difunto.
Acabo de leer en estos días de encierro la novela de Isabel Allende “Largo pétalo de mar”. Poco antes de morir Roser, la protagonista, le expresa a su marido Víctor Dalmau su deseo más hondo: “No me lleves al hospital por ningún motivo, quiero morir en nuestra cama, tomada de tu mano”. Es comprensible ese deseo de  abandonar el mundo de la mano de un ser querido. Y en la propia casa. Muchas personas que nos están dejando en estos días no han tenido esa elemental posibilidad. Se han ido solos entre las frías paredes de un hospital. Tristeza para quien se va. Inmensa tristeza para quienes se quedan.
A continuación, Isabel Allende describe la muerte de Roser con estas palabras: “Víctor se echó a llorar  como un crío, con sollozos desesperados. Roser lo dejó llorar hasta que se le agotaron las lágrimas y se fue resignando a aquello que ella había aceptado hacía varios meses. “No voy a permitir que sufras más, Roser”, fue lo único que Víctor pudo ofrecerle. Ella se acurrucó en el hueco de su brazo, tal como hacía cada noche, y se dejó mecer y arrullar hasta que se durmió. Ya estaba oscuro…”. Una forma más digna de morir que la que estamos padeciendo.
Decía el poeta Marco Valerio Marcial, nacido en Bilbilis (la actual Tarragona) en el año 64 después de Cristo: “Más triste que la muerte es la manera de morir”.  Pues en el caso de los fallecidos por coronavirus tendremos que reconocer que la soledad y el aislamiento hacen más triste la muerte.
Esta crisis me está desvelando la importancia de lo cotidiano, el valor de lo habitual. Nunca había pensado que algo tan lógico y tan natural como estar al lado de un enfermo, como tomar su mando en los últimos momentos podría estar vedado por una circunstancia como esta. ¿Cómo no dábamos a valor a esa  realidad tan elemental, tan necesaria?
Estuve al lado de mis padres en el último instante de su muerte. ¿Qué maldita situación es esta que nos impide estar al lado, tomar la mano y dejar que las lágrimas  lleguen pausadas a la sábana que cubre el cuerpo del ser querido cuando se va para siempre?
La muerte es algo excesivo, definitivo, irremediable. Decimos una y otra vez: esto también pasará, saldremos de esta pandemia unidos, venceremos al virus…  Y así será. Pero algunos no lo verán. Porque se habrán ido para siempre. Es a ellos y a ellas a quienes deseo dedicar estas líneas. Y a sus familiares que les han dicho adiós agitando el pañuelo desde la lejana orilla. Un adiós definitivo.
Pobres muertos de coronavirus. Pobres familiares y amigos, que no han podido despedirles de una manera digna. Creo que es lo más cruel que nos está deparando la pandemia.  Está imponiendo una forma de morir inhumana. Está llevándose a muchas personas mayores y a otros que no lo son tanto de una forma terrible.
Solo se habla del origen de esta crisis a través de mensajes de whastapp. No hay una información oficial sobre tan importante cuestión. Parece que es un tema tabú. ¿Qué sentirían los familiares de los fallecidos  si conociesen que la pandemia ha sido diseñada, planificada y extendida como una operación destinada a favorecer el control económico mundial? ¿Cómo perdonar tamaña perversidad? ¿Cómo seguir manteniendo el orgullo de pertenecer al género humano? No hay otra especie animal capaz de imaginar y llevar  a cabo un plan tan perverso para sus semejantes. ¿A qué llamamos progreso?¿Qué es el conocimiento sin valores?
No es fácil elaborar el duelo mientras el cadáver de un ser querido se encuentra amontonado con otros cadáveres en una morgue porque las funerarias están saturadas.
Hay muchas personas que están haciendo esfuerzos sobrehumanos para que termine esta pesadilla.  Las familias de los fallecidos han hecho la aportación más dolorosa. Sé que estas palabras no significarán ningún consuelo para ellas, sé que ninguna palabra podrá llenar el inmenso vacío que dejó quien se fue para siempre, quien (como se dice en algún país para decir que alguien ha muerto), no volverá a aparecer por ninguna parte. Quiero, no obstante, expresar mis condolencias a los familiares de quienes han fallecido en esta crisis. Quiero acompañarles en el sentimiento de dolor que les  invade y en ese inmenso vacío que ha dejado en la familia la ausencia definitiva de quien tanto amaban.
Qué decir de quienes han entregado la vida en acto de servicio, por tratar de salvar la de los demás.  Ellos han pagado el más alto precio por la salvación de todos. Saldremos de la crisis, claro que sí. Aunque sin sin ellos y sin ellas. No estarán del todo ausentes, sin embargo, porque su memoria va a quedar grabada en nuestros corazones.

AISLAMIENTO SOCIAL AGUDO

EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL ENCIERRO

Taj Mahal la tumba más bella del mundo

Sigue estando de actualidad este documental Morir en Benarés, donde habrán mejorado algnnos datos,  pero los cambios son tan lentos. Lo que nos narra sobre los ritos funerarios, y la cultura sigue siendo actual y nos muestra la más bella tumba del mundo, el Taj Mahal. 
La séptima maravilla del mundo: Taj Mahal fue dada una designación de un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1983, junto con la inclusión de su nombre en la lista de las siete maravillas del mundo.
Podéis verlo aqui:
Foto de Ana hace un mes en marzo de 2020.

Y para descubrir los secretos del Taj Mahal las investigaciones de esta investigadora: Ebba Koch
Los secretos de su construcción: 

Funerales en Japón

Frida Kahlo



Epitafios, qué son

Un epitafio es un texto que se escribe en la lápida de una tumba en memoria de la persona fallecida.

Los epitafios, a menudo, son frases convencionales del estilo de "Descanse en paz" o "No te olvidamos", pero también pueden ser textos más elaborados o creativos.


Voy a darte a leer algunos de este último tipo, para que puedas hacerte una idea:


Para empezar, aquí tienes el que, según se cree, figura en la tumba de Alejandro Magno († 323 a. C.), cuyo paradero, como el del Santo Grial, se desconoce:


UNA TUMBA ES SUFICIENTE PARA AQUEL A QUIEN EL UNIVERSO NO BASTARA


A continuación te muestro el que es sabido que figuró en la tumba del astrónomo Johannes Kepler († 1630), que fue destruida durante la guerra de los Treinta Años:


MEDÍ LOS CIELOS; AHORA MIDO LAS SOMBRAS



Museo bajo el mar en LANZAROTE




Museo Atlántico en Lanzarote bajo el agua

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Museo Atlántico


Museo Atlántico

El Museo Atlántico en Playa Blanca es el primer y único museo submarina de Europa. Fue abierto al público el 2 de Marzo de 2016. Buceadores certificados pueden bucear al rededor de las esculturas del artista Jason deCaires Taylor, famoso por su arte submarino. Él estuvo detrás del primer parque de esculturas submarino en Grenada en el Caribe, y del museo de la costa de Cancún, Méjico. El Museo Atlántico de Lanzarote está situado en una área protegida de las mareas, cerca de Coloradas a una profundidad de 15 metros.
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Las esculturas

El Museo Atlántico será construido en diferentes fases. La primera fase ya ha sido completada y está formada por seis grupos diferentes de esculturas. El primer conjunto de esculturas lo foman Los Jolateros, un grupo de niños en sus pequeños barcos que sirven de homenaje a una tradición de la isla de Lanzarote. Seguidamente podemos ver la lancha de Lampedusa, haciendo referencia a la crisis de refugiados que se vive actualmente y, junto a esta imágen trágica, se encontrará con una pareja haciéndose un selfie, guiño del uso de las tecnologias y de la falta de empatía. El siguiente conjunto escultórico lo componen 35 estatuas de humanos caminando hacia una misma dirección, se denomina el Rubicón, que significa el punto de no retorno. Los modelos usados para éstas fueron residentes de la isla de Lanzarote. Seguidamente se encontrará con esculturas híbridas mitad humanos, mitad cáctus, que nos enséñan los principales cáctus de la isla y como el hombre puede vivir en harmonía con la naturaleza.
Cuando el museo esté completo, contará con más de 300 esculturas, diseadas para crear un habitat marino único.

miércoles, 29 de abril de 2020

Brechas


Sin noticias

Hola:
Sigo sin tener noticias vuestras, espero que estéis bien de salud. Ojalá que los que habéis recibido la llegada de un nuevo hermano y hermana en esta situación estéis viviendo con alegría la llegada de este nuevo miembro a la familia.
Según me han dicho en vuestros coles estáis bien de salud que es lo más importante. Espero que os pongáis en contacto conmigo pronto y que vuestras creaciones al responder a mis propuestas deslumbren a vuestros compañeros y compañeras.
Os espero con impaciencia. Como decía mi abuela: Nunca es tarde si la dicha es buena.
Así que aquí estoy esperando la llegada de vuestros correos, voces en el wasap con los brazo abiertos.
Un abrazo de vuestra profe
Encarna

TAREAS PARA LOS MÁS PEQUES COMPLEMENTARIAS AL VIDEO: Más allá.

Los más pequeños parece que tienen cierta dificultad en entender las tareas ya que aún les falta vocabulario, velocidad a la hora de leer para entender lo que dice. Así que voy a proponer alguna actividad más fácil para lo más pequeños y seguro que a los mayores les despertará curiosidad.

Esta es una imagen de un cementerio o campo santo, en estos lugares se entierra a las personas cuando fallecen. Dependiendo de su religión son diferentes. 

1.- ¿Qué diferencias ves entre unas y otras? Cuéntame en un audio qué es en cada foto, qué llama tu atención,  si te gusta o no te gusta, por qué, qué te hacen sentir.... 
¿En dónde crees que están estos cementerios? ¿Son cementerios en los que estarían tus familiares?








2.- Aquí hay dos lápidas. Las lápidas suelen ser de piedra y en ellas se graba el nombre de la persona que ha muerto y dos fechas, la de nacimiento y la muerte, junto con el lugar donde nació a veces y donde murió. 
Una es la lápida de una cantante portuguesa, Amalia Rodrigues que cantaba el Fado como nadie. 
La otra es de una familia turca, ya que aparecen muchos nombres. El ejercicio consiste en que me digas:
-  ¿Cuántos años vivió Amalia según su  lápida y cada miembro de la familia Uslú
- Ordena los años de más a menos ( de mayor a menor ) en una hoja, escribe los número y los nombres de esos números ( números con letras) y saca la foto del cuaderno para que lo vea. 
- ¿Quién vivió más?  
Si has llegado hasta aquí dime si te sorprende algo de lo que has averiguado y dime qué es. 



Para dejarte ya esta semana que ampliaremos un poco dado que será fiesta por el 1 de mayo, EL DIA DEL TRABAJO, te dejo con una reflexión y un cuento para que lo escuches una vez que termines estas tareas. 






Esta semana que tratamos el tema de la otra cara de la vida, la muerte pienso en las personas emigrantes que han dejado la vida en el Mediterráneo tratando de alcanzar Europa, y en el desierto del Sáhara donde estiman que puede ser el doble que en el mar. Hombres y mujeres jóvenes que dejaron sus pueblos, sus ciudades tratando de alcanzar una vida mejor en la otra orilla, y víctimas del tráfico de personas, de las mafias perdieron su bien más preciado, la vida.
En este reportaje podéis conocer a algunas de estas personas que vieron a la muerte muy de cerca en ese mar de arena.



Tumbas en el Sáhara





Sinagogas y cementerio judío e PRAGA

El duelo

Visitas guiadas a cementerios como el de Lisboa: Los PLAZERES

El alegre cementerio rumano de Spanta



El alegre cementerio de Săpânța en Rumanía


«…Tú que vienes de visita / a mi lugar de descanso / de vino deja una botellita.» Así son los epitafios de este curioso campo santo rumano, que le ha valido el sobrenombre de cementerio alegre de Săpânța (Cimitirul Vesel) por el irónico y negrísimo humor de sus lápidas, en las que se narran, siempre con perfecta rima en rumano, la vida y muerte del desdichado habitante de la tumba.


Tumbas de todos los tiempos

La culpa de todo esto la tiene Stan Ioan Pătraş, un escultor local que debía de aburrirse mucho, creando la primera lápida alegre y colorida en 1935. En los años 60 ya llevaba más de 800 talladas, todas con su epitafio personalizado contando los problemas cotidianos del fallecido en tono de humor, y con un grabado representando la causa de la muerte o el retrato del fallecido.
Estos grabados tienen mucha más historia de lo que parece a simple vista, ya que los motivos alrededor de la imagen principal tienen diferentes significados. También nos sirven para hacernos una idea de la vida tradicional en Maramures.


Iglesia del cementerio en restauración
Interior de la iglesia
Historias del pueblo
Tumbas y lápidas

Como Săpânța es un pueblo pequeño, todos se conocen muy bien, de ahí el tono familiar que tienen la mayoría de relatos. Stan Ioan buscaba con estos epitafios convertir el drama en esperanza, sobrepasando la muerte con humor, enfatizando los truinfos (y vicios) de la vida. Todas las cruces son de roble, con vivos colores, pintadas de azul para simbolizar el cielo al que van las almas de los fallecidos.
A la muerte de Stan, que está enterrado en el cementerio de Săpânța con su propia dedicatoria, continúa con esta peculiar tradición uno de sus discípulos, Dumitry Pop, alias Tincu, y se siguen oficiando entierros con total normalidad.
Sin duda el cementerio de Săpânța es uno de los lugares más peculiares de Rumanía, que cada vez atrae a más curiosos que quieren ver este lugar en persona. Todas las inscripciones están en rumano, por lo que hace falta ir con un guía que nos las traduzca, o llevar algún tipo de traductor, si queremos enterarnos de algo.


Detalle de las cruces
Corona de flores
Lápidas coloridas

El día que visité el cementerio de Săpânța  llovía mucho. Pero esto no fue lo más reseñable, si no la escena que ví cuando me acercaba a la puerta. Un señor estaba dando una vuelta por el cementerio ,junto a su hija, perseguidos por el señor de la taquilla reclamándoles el pago de la entrada.
El maleducado visitante se acercó a mi, al ser el único turista que estaba esperando en la taquilla para pagar, y me dijo que en su país, Israel, no se pagaba por visitar cementerios, así que el no pensaba hacerlo en Rumanía. Y así de tranquilo se fue junto a su avergonzada hija. El pobre taquillero rumano no sabía que hacer a parte de maldecirle en su idioma.
Escenas extrañas que ocurren a parte, el cementerio alegre de Săpânța se ha convertido por méritos propios en una de las visitas más recomendables de Rumanía, en una región conocida por sus inmensas iglesias de madera, y porque hay un cementerio donde la gente se ríe.


Atropellado por el tren
Cura y monaguillo

Inscripciones más curiosas del cementerio alegre de Săpânța

Desde que fui un chiquillo
era conocido como Stan Ion Pătraş.
Escuchame chaval,
no hay mentiras en lo que voy a contar.
Durante toda mi vida
no hice daño a nadie
hice tanto bien como pude
a quien me lo pidiera.
Oh, mi pobre mundo
porqué es tan duro vivir en él.
Inscripción de Stan Ion Pătraş, creador de las lápidas alegres

Aquí es donde reposo
Ion Griguta es mi apodo.
Cuando estaba en la tierra
de la pipa yo fumaba
y evitaba el trabajo.
Cuando empecé a cuidarme
la mala salud me encontró.
No tuve la suerte de hacerme viejo
y dejé la vida con 57 años
en 1942.
Ion Griguta, el fumador


Juntos hasta la eternidad

Aquí descanso.
Stefan es mi nombre.
Tanto como viví,
me gustaba beber.
Cuando mi esposa me dejó,
bebía porque estaba triste.
Después bebía mucho más
para sentirme feliz.
Así que no fue tan malo
que mi esposa me dejara,
porque salía a beber
con todos mis amigos.
Bebí muchísimo,
y ahora, todavía estoy sediento.
Tú que vienes de visita
a mi lugar de descanso,
de vino dega una botellita.
Stefan, el borracho del pueblo


El del tractor

Debajo de esta pesada cruz
descansa mi pobre suegra.
Si hubiera vivido tres días más
yo estaría aquí y ella leyéndola.
Tú que estás de visita
intenta no despertarla
para que no vuelva a casa
a comerme la cabeza,
y tenga que actuar
de una forma que no vuelva.
Reposa aquí mi querida
s-u-e-g-r-a.

Otra cosa amaba mucho más,
sentarme en una mesa del bar,
cerca de la mujer de otro.
Ioan Toaderu amaba a los caballos, y más, nos dice desde el más allá


Retrato

Arde en el infierno,
sangriento taxi de Sibiu.
De todos los lugares en este país
tuviste que parar justo aquí.
En mi casa me atropellaste
y me enviaste al agujero
dejando a mis padres
llenos de dolor.
Niña de tres años atropellada

Desde mi tierna infancia
como Ion Irina fui conocida.
Después de casarme,
Mihai Irina me llamaban.
Con toader, mi esposo,
estuvimos juntos en lo bueno y en lo malo.
Ahora nuestros caminos se separan
y le dejo muy triste.
Dos hijos quedan atrás
uno se fue a España
Ion Irina – Mihai Irina, 1932-2000


La costurera

Aquí es donde descanso.
Stan Maria es mi nombre
y cuando estaba en la tierra
mucho pan sagrado cociné.
Pan que hice para el pueblo,
para que 4000 habitantes
lo tomasen cuando tenían hambre.
Hubiera deseado vivir más
y hacerme vieja
pero dejé la vida
con 76 años.
Stan María, la joven panadera


La cocinera

Más información:

  • Las lápidas del cementerio están todas en rumano, por lo que es aconsejable ir con un guía que nos las traduzca, o usar el móvil como traductor. Las más importantes están marcadas en el folleto que entregan a la entrada y al lado de la lápida.
  • Tarifa: 5 lei (1,2€). Permiso para hacer fotos, 5li (1,2€)

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Sobre Víctor Gómez
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