martes, 21 de abril de 2020

DIA DE DIFUNTOS en el MUNDO

Halloween, Todos los Santos, Sanhaim, el Día de los Muertos... El 1 de noviembre tiene muchos nombres según el país en que se celebre, pero siempre es un día en el que las almas de los que ya no están vuelven a pasearse un rato por el mundo de los vivos. Lejos del mundo occidental, cada civilización tiene también sus días predilectos para honrar la memoria de los que se fueron: lo llaman Fet Gede en Haití, Obon en Japón, Pchum Ben en Camboya o Taeborum en Corea del Sur. Siempre son ocasiones festivas, hermosos rituales de ofrenda y memoria.
Pero vayámonos un poco atrás en el proceso: antes de convertirse en fantasmas que vagan por la Tierra, todas esas personas muertas tuvieron que pasar a mejor vida. En muchas sociedades actuales, el proceso ritual para enterrar a un familiar a un pariente es similar. Un proceso aséptico por el que podemos pasar sin siquiera ver al muerto. Sin embargo, hay grupos humanos en los que todavía perviven ritos ancestrales sorprendentes.
Y es que la muerte será igual para todos, pero la imaginación de los vivos es inabarcable.
1. Etnia toraja, Indonesia
Nada de echar el fiambre al hoyo en cuanto está frío. Los toraja conservan los cadáveres en la casa familiar durante meses de preparativos, hasta el día del entierro. Ese día, se sacrifican búfalos y el cadáver "se levanta y camina" hasta su tumba. Literalmente.
2. Famadihana, Madagascar
En las regiones montañosas del centro de Madagascar se realiza el Famadihana, un ritual que durante unas horas une el mundo de los muertos y los vivos de manera bastante literal: primero la familia desentierra el cadáver, comprueba en qué estado está, lo envuelve en telas y ungüentos y finalmente baila con él. Por un rato los muertos y los vivos vuelven a experimentar juntos los placeres terrenales.
3. Pueblo dani, Papúa Nueva Guinea

Cuando un hombre con mujer e hijos moría, un sacerdote cortaba uno o varios dedos de su mujer e hijos. Estos dedos se colgaban a modo de collar al cuello del cadáver, para que le acompañaran a la otra vida. La práctica fue prohibida, pero en las regiones interiores del país todavía abundan los miembros de esta etnia ancestral que presentan amputaciones.
4. Entierro celestial, Tibet

Para los budistas del Tibet, el cuerpo muerto es sólo una cáscara vacía. Lo más lógico entonces es dárselo de comer a los animales. Un sacerdote descuartiza el cadáver y reparte los restos en puntos sagrados de la montaña para que sea devorado por aves de rapiña. El festín sirve para preservar el ciclo contínuo de la naturaleza.
5. Aghoris caníbales, India
 La comunidad aghori, una rama del hinduismo, posee unos cuantos rituales fascinantes. Para ellos nada es impuro porque todo ha sido creado por Shiva, el Dios supremo. Por ello pueden llegar a comer la carne y beber los fluidos de los cadáveres que previamente hayan sido depositados en el río según el rito hinduista. Para comer y beber semejantes exquisiteces suelen usar cráneos humanos, y muchas veces también se embadurnan con cenizas de los muertos como rito de purificación.
6. Tribu Yanomamö, Amazonas
Otros que también le dan a lo de comerse a sus muertos son esta tribu amenazada del Amazonas, para quienes la muerte es cosa de chamanes y demonios. Por eso se deshacen inmeditamente de los cuerpos, quemándolos. Guardan la ceniza y al cabo de un año, cuando los demonios ya se han ido, se la cocinan en una sopa y se la beben, ayudando a que el alma del fallecido pueda ir al paraíso. Manjar de dioses.
7. Lavando huesos, México

En el pequeño pueblo de Pomuch, península de Yucatán, entre el 26 octubre y el 2 de noviembre, las familias se desplazan a los cementerios y sacan los huesos de sus familiares de sus tumbas. Luego los lavan y cubren con bellos bordados para espués exhibirlos en el popular Día de los Muertos. Eso sí, hay que esperar tres años desde que se produce la muerte hasta que se saca al cadáver. Si no, menudo cirio se armaría.
8. Ataudes colgantes, Filipinas
En la región filipina de Sagada, las cuevas son el lugar de descanso de los muertos. Pero lo curioso es que no se quedan dentro, sino colocados en ataúdes colgados de las rocas. Una práctica que también llega a lugares de Indonesia y China. Suponemos que debe de hacerse para que los finados disfruten de las vistas.
9. Entierros zoroástricos, Irán

El zoroastrismo es un culto minoritario rodeado de un halo de misterio. Sus rituales son complejos y de una lógica intrincada. Como los cadáveres se consideran impuros y tocarlos contamina, primero un sacerdote los baña en orina de toro, antes de recibir la visita de su familiares. Después son visitados por un perro sagrado. Por último se les deja como pasto para los buitres en lo alto de una "Torre del Silencio".
10. Tribus aborígenes, Australia
En las antípodas, algunas tribus cubren con ramas los cadáveres y recogen durante días los líquidos producidos durante la descomposición. Con ellos untan a los más jóvenes de la familia para transmitirles las virtudes del muerto. Además, sus huesos son pintados y entregados a la familia para que los lleven como abalorios. A eso se le llama llevar cerca a los que ya no están.

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