Chiharu Shiota (1972, Osaka, Japón) es una artista conceptual cuyo trabajo es sublime, colosal. Utiliza la lana como un espejo, como un hilo conductor para expresar sus inquietudes sobre el pasado, la vida y la memoria. Utiliza tres colores base: el negro para referirse al universo, el rojo para conectar emociones y el blanco para representar la quietud, la paz y la tranquilidad. Tímida y apacible, logra enamorar a un público que participa activamente en sus performances. Hoy repasamos su brillante obra.
Sus primeros trabajos son muy viscerales. Tras cursar sus estudios en la facultad de Bellas Artes de Kyoto, Shiota da el salto y abandona la pintura convencional como medio de expresión artística para adentrarse en el complejo mundo de la performance.
Fue en el Camberra School of Art, en Australia, donde presentó su primer trabajo más personal, Become Painting. En 1994, la artista pinta parte de su cuerpo y lo cubre con esmalte de color rojo. Su obra se transforma en algo más emocional. Ya no habrá vuelta atrás.
Nace el personal y sublime arte de Chiharu Shiota. De esta etapa, también es el trabajo One Line, en el que Chiharu intenta reflejar el complejo y tedioso proceso de fabricación de una obra, integrando y fundiendo su rostro entre numerosas líneas de color negro sobre fondo blanco.
Después de completar sus estudios en Japón, la joven artista está segura de que tiene que separarse no solo de la pintura tradicional, sino también de su entorno local para encontrar su propio camino.
Estudió Artes Visuales en la Universidad de Braunschweig de 1997 a 1999 y en la Universidad de Artes de Berlín de 1999 a 2003, bajo la dirección de Marina Abramovic, referente en el mundo de la performance. Shiota siente la necesidad de explorar el espacio y trabajar en tres dimensiones. Y empieza a utilizar la lana como una forma de dibujar e imprimir volumen en espacios de grandes dimensiones.
En 2004, presenta Diálogo del ADN en Polonia. Más tarde (y en diferentes años) la muestra recorre otros países como Brasil, Alemania, USA, Australia y Japón. En cada país, la muestra se adapta a la idosincrasia de cada lugar.
En esta muestra, Shiota empieza a obsesionarse con los zapatos. Consigue reunir numerosos zapatos de personas anónimas que tienen un denominador común: pertenecen a personas que han fallecido, pero que han dejado una impronta en sus dueños. Los zapatos se acompañan de una nota, que explica su historia y están unidos con un hilo rojo, que establece una conexión entre la relación del pasado con los objetos.
En el año 2000, presenta Memory of Skin, un trabajo para el que crea diferentes piezas textiles, usadas, de 14 metros sobre las que cae el agua para hablar sobre la memoria y el paso del tiempo.
En 2009, vuelve a explorar este concepto en The room of Memory utilizando diferentes ventanas procedentes de la Alemania Oriental y Occidental. Su objetivo es hacernos partícipes y recordarnos que los objetos cobran vida y cuentan la historia de nuestras vidas, de nuestras miserias, de nuestros miedos.
Dejan de ser meros objetos para convertirse en una forma de mirar y de ver el mundo.
En los últimos diez años, el hilo está mucho más presente en sus trabajos de grandes dimensiones. Para instalarlas, necesita alrededor de un mes. La lana es un hilo narrativo, conector de ideas abstractas, que utiliza para hacer referencia a la memoria.
La lana se convierte en un laberinto impenetrable, que abruma al espectador. Todos los elementos que utiliza están llenos de significado y simbología: puertas que separan la vida de la muerte, camas que representan lo efímero de la vida, el aquí y el ahora, ventanas que unen y separan diferencias apenas visibles, imperceptibles, pero que existen y tienen vida.
“La lana es un espejo de los sentimientos. A veces se suelta. Otras se tensa. Las relaciones humanas pueden ser tirantes, romperse o cambiar…“, señala en una entrevista en el periódico ABC. Y los colores cobran vida propia. Utiliza básicamente tres: el negro para referirse al universo, al infinito, el rojo para hablar de sentimientos y el blanco para referirse a la pureza, a la paz.
Quizás, en el uso del hilo, haya encontrado la mejor forma de narrar. Desde aquí, somos muy fans ;).
LA TRANSFORMACIÓN DE CHIHARU SHIOTA
Mira este interesante documental sobre la forma de crear y la evolución de Chiharu Shiota como artista.
Los
rayos del sol se filtran a través de la ventana. Afuera, la ciudad
despierta. Las calles de Tokio están llenas de ruido, gente ocupada y
pasajera. Pero Yayoi Kusama no es uno de ellos. Su estudio se encuentra
cerca de un hospital. Es su santuario, su refugio. Yayoi tiene que hacer arte. No sólo le gusta hacerlo, sino que es como una medicina para ella.
Aunque hoy en día sus pinturas son mundialmente famosas, los inicios de Yayoi Kusama estuvieron lejos de ser fáciles.
De niña pintaba todos los días con gran entusiasmo. Sin embargo, su
madre era muy consciente de la tradición y no quería que Yayoi se
convirtiera en artista. Prefería que se casara con un hombre de buena
familia y fuera ama de casa; así que sistemáticamente le quitaba sus
lápices y le rompía sus dibujos.
Yayoi Kusama en 1939 con 10 años. Imagen vía: David Charles Fox
La infancia de Yayoi Kusama
Yayoi Kusama nació en en 1929 en Matsumoto (Nagano, Japón). Su familia, aunque acomodada y tradicional, no comprendía a la pequeña.
La relación con su madre era especialmente mala, ya que ésta pagaba con
Yayoi la frustración que sentía por las infidelidades de su marido.
Yayoi
Kusama en casa de sus padres, rodeada de algunos de sus primeros
trabajos, hacia 1957. Cortesía de Yayoi Kusama Studio, Inc. Imagen vía
Kusama siempre ha contado que, desde pequeña, ha experimentado alucinaciones auditivas y visuales en las que su campo de visión se ve invadido por lunares.
Empezó a crear arte para demostrar cómo veía el mundo: bañado en
puntos. Estudió arte tradicional japonés, centrándose en la pintura
modernista Nihonga. Además de la falta de apoyo familiar a su
creatividad, tampoco su estilo agradaba a sus profesores, mucho más
conservadores, . Consiguió montar algunas exposiciones en Matsumoto y
Tokio durante la década de 1950. Pero Kusama se sentía reprimida, en un
estado de desconexión que tuvo mucho que ver en su deterioro
psicológico. Por contra, contaba con una enorme fuerza de voluntad y la
determinación de que su arte fuera reconocido.
Kusama
estaba decidida a tomar las riendas de su vida y triunfar, a pesar de
tener a todo su círculo en contra. A sus manos llegó un libro sobre Georgia O’Keffee:
al leer sobre su vida y observar sus pinturas, decidió escribirle una
carta pidiendo consejo. Ésta le respondió que la vida del artista es
dura en todas partes, pero que trataría de ayudarla tanto como pudiera,
ofreciéndole una serie de contactos en el mundo del arte. Animada por
esta respuesta, Yayoi empacó sus dibujos y pinturas en una maleta, y
dejó Japón antes de cumplir los 30.
Yayoi Kusama se traslada a Nueva York
La llegada a la Gran Manzana, con sus enormes rascacielos y ajetreo constante, hizo que Kusama fuera más consciente de que las personas parecían pequeños puntos en un espacio infinito.
Su determinación para convertirse en una gran artista aumentó, así que
pronto se puso a trabajar incansablemente. Visitó innumerables galerías y
tiendas de marcos intentando vender algunas de las 2000 acuarelas que
había traído de Japón. Alquiló un estudio, aprendió a pintar al óleo y
se dedicó a trabajar día y noche, desarrollando su propio estilo. Las
cosas no iban del todo bien, ya que a veces tenía que buscar comida en
la basura porque gastaba todo su dinero en materiales artísticos.
Es este momento, Nueva York era el centro del mundo del arte. Artistas como Andy Warhol y Donald Judd
crearon nuevas formas de expresión como el Pop Art, en el que se
incorporaron ideas de cómics y publicidad, o el Minimalismo, en el que
el arte ya no sirve para representar nada: el espectador ve lo que
quiere ver por sí mismo. Pero a pesar de que el arte abrió nuevos
caminos y vías de expresión, todos los artistas famosos eran hombres. ¿Conseguiría una joven artista japonesa darse a conocer?
Crisis nerviosas
El
mundo artístico era extremadamente competitivo: el nivel era muy alto y
eran muchos los artistas deseosos de triunfar. Kusama deseaba
fervientemente asociarse a alguna de las principales galerías de arte de
la ciudad, lo que le abriría las puertas del mercado artístico. Pudo
exponer sus obras en la Gres Gallery de Beatrice Perry en Washington, D.C. y en algunas pequeñas galerías neoyorkinas, como la de Richard Castellane. Aunque fueron muy importantes para ella, no conseguía hacer llegar su obra a los grandes coleccionistas y conservadores.
Esta
situación le generaba muchas preocupaciones y ansiedad. El hecho de no
conseguir sus objetivos a pesar del duro trabajo que realizaba y que su
obra no fuera reconocida por las figuras más influyentes le pasaron
factura emocionalmente. Comenzó a tomar tranquilizantes, lo que afectaba
a sus habilidades motoras y disminuía su ritmo de creación. Las
alucinaciones se hicieron más frecuentes, por lo que Kusama también precisaba medicación y periodos de descanso… Este cuadro psiquiátrico se fue acentuando con los años.
El arte que se extiende a otros medios
Yayoi Kusama, Horse Play.
Happening en Woodstock, Nueva York, 1967. Cortesía de OTA FINE ARTS,
Tokio / Singapur; Victoria Miro, Londres; David Zwirner, Nueva York.
Imagen vía
La
década de 1960 supuso un enorme cambio social que desde luego se
contagió al mundo del arte. El artista ya no trabajaba en solitario en
su estudio, se dejaba ver y tocaba varias disciplinas: moda, música,
publicidad. Kusama aprendió de todas estas nuevas tendencias, y comenzó a
crear esculturas extraordinarias: sofás, butacas e incluso un bote de
remos cubiertos de salchichas de tela blanca y suave que parecen partes
del cuerpo. Hizo ropa de macarrones secos. Se dejaba fotografiar desnuda
delante de sus obras. Paseaba por los parques con un caballo lleno de
lunares y creó los llamados happenings, donde los participantes se quitaban la ropa y bailaban en la calle, mientras Kusama les pintaba lunares sobre la piel.
Los
años 60 fambién fueron una época de activismo político y Kusama se
manifestó artísticamente en contra de la guerra de Vietnam en varias
ocasiones. Se consideraba a sí misma una revolucionaria del mundo por el Arte.
Yayoi Kusama y Joseph Cornell
Kusama
describe a Donald Judd como un buen amigo, aunque sin duda el artista
con el que mantuvo una relación más estrecha y duradera fue Joseph Cornell.
Cuando se conocieron, a mediados de los 60, Kusama tenía treinta y
pocos años, mientras que él era 26 años mayor. La edad no fue un
impedimento para que las cosas funcionaran entre ellos, con una relación
pasional a la vez que platónica. Cornell estaba loco por ella: le
llamaba varias veces al día, le escribía notitas y le fabricaba bonitos collages.
Yayoi Kusama con Joseph Cornell en Nueva York, 1970. Cortesía de Yayoi Kusama Studio, Inc. Imagen vía
Pasaban
mucho tiempo juntos en la casa de él, donde se dibujaban el uno al
otro. Como Kusama no tenía demasiado dinero, Cornell le regalaba sus
obras para que las vendiera y se quedara con los beneficios. Los
conocimientos que adquirió en los negocios del arte le serían de gran
utilidad unos años después.
Cornell falleció en 1972, lo que
supuso una gran pérdida para Kusama. Ella regresó a Japón poco después,
llevando consigo varias cajas con recortes de revistas y materiales para
collage que le había regalado su pareja. Kusama empleó todos
esos fondos para reconstruir su carrera artística en Japón, mientras
rendía homenaje a la memoria de Cornell.
Yayoi Kusama regresa a Japón
A los 40 años, Kusama regresó a Japón. Intentó realizar algunos de sus happenings
con colaboradores desnudos en la televisión y en las calles de Tokio,
pero fue rápidamente censurada y arrestada. Regresó a Estados Unidos,
donde cada vez era más conocida, pero también donde se agotaba
mentalmente por sus muchas creaciones. A la vista del rápido deterioro
de su salud mental, Kusama regresó definitivamente a Japón en 1973, arruinada, desesperada y nada sana.
En
1977 ingresó voluntariamente en un hospital psiquiátrico, donde todavía
reside. Trabajó durante un tiempo como marchante de arte, poniendo en
práctica lo que aprendió con Cornell, vendiendo obras occidentales a
clientes japoneses. Tuvo que dejar el negocio debido a la crisis del
petróleo y la subsiguiente recesión económica.
Por
suerte, el hospital le proporcionó un ambiente de estabilidad y
tranquilidad. Kusama comenzó a recibir sesiones de arte terapia para
tomar confianza con sus alucinaciones y perderles el miedo. De esta
manera, pudo desarrollarse y fomentar su creatividad, construyendo
espacios en los que el público puede experimentar su mundo interior y
sentir que todos somos pequeños lunares en el vasto universo.
El gran salto a la fama de Yayoi Kusama
A partir de los años 1980 Kusama empezó a mostrar el trabajo que estaba realizando en su estudio del hospital.
Se trataba de pequeñas obras, repetitivas, como calabazas realizadas en
papel maché o arcilla y pintadas con lunares, bodegones de frutas
rodeados de redes, líneas y puntos, o formas en tela que parecen falos.
También se dedicó a escribir unas novelas, que alcanzaron categoría de
culto, en las que contaba sus llamativas historias del Nueva York más
transgresor.
Yayoi Kusama, más madura, frente a sus estampados de lunares. Imagen vía
El
gran salto a la fama se produjo en 1982, cuando la galería de la cadena
Fuji le montó una exposición con sus obras más destacadas, y la
promocionó con un programa de televisión. A partir de ahí se sucedieron
las exposiciones en galerías y museos, así como sus apariciones en la
tele. Todo el mundo quería saber más sobre ella, y comenzaron a
contrastarse los datos de su fabulosa vida. El historiador del arte
Midori Yamamura desmontó el mito de que Kusama sufriera alucinaciones de
pequeña, algo que ella siguió manteniendo hasta 2010…
En cualquier caso, destaca
sobre todo la gran energía creativa, el talento y la positividad de sus
obras en una persona que ha sufrido tanto rechazo y desconexión social.
Exposiciones y honores
Con
una trayectoria artística tan larga, no es de extrañar que el número de
exposiciones en las que ha participado Yayoi Kusama sea impresionante.
Desde los años 1980 el ritmo ha sido imparable. Su obra ha viajado por
todo el mundo: Francia (1986), Nueva York (1989), Reino Unido (1989). En
1993 participó en la 45ª Bienal de Venecia -ya como artista invitada-.
Entre
1995 y 1997 ganó varios premios de la Asociación Internacional de
Críticos de Arte a la Mejor Muestra en Galería en Nueva York. Un año
después, se inaugura una gran exposición retrospectiva en Los Ángeles,
que viajará también a Nueva York y Tokio.
Con el nuevo siglo
comienzan a llegar los galardones. En 2000 gana el Premio al Apoyo al
Arte del Ministerio de Educación, y menciones del Ministerio de Asuntos
Exteriores. Un año después recibe el Premio Asahi; a continuación es
nombrada Oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia con
distintivo azul marino; y finalmente gana el Premio del Gobernador de
Nagano por su contribución a las artes.
Unos visitantes recorren las instalaciones de la exposición Kusamatrix, en el Museo Mori de Tokio (2004). Imagen via
Sus exposiciones siguen viajando por el mundo. La muestra Kusamatrix(2004) se inauguró en el Museo Mori de Tokio, y reunió a 520000 visitantes. En 2008 se estrena el documental Yayoi Kusama, me adoro en Japón, aunque viajó a varios festivales internacionales.
Yayoi Kusama recibió el Premio Nacional al Mérito de Orden del Sol Naciente; y fue la primera mujer japonesa en recibir el Praemium Imperiale de Pintura el 2006.
La década finaliza con su nombramiento como Persona de Méritos
Culturales de Japón, además de exposiciones en Londres, Milán, Nueva
York y Los Ángeles.
En los años siguientes presenta varias
muestras nuevas y retrospectivas en Japón, China, Madrid, París,
Londres, Brasil, Corea, México… Participa en la Bienal de Sydney y en la
Trienal de Aichi. Recibe el galardón de Ciudadano Honorario de
Shinjuku, así como el nombramiento de Miembro Honorario de la Academia
Americana de Artes y Letras.
No está nada mal, ¿verdad?
Personalmente me parece una trayectoria impresionante. Aún así… ¿os
podéis creer que no escuché ni una palabra sobre esta artista en la
facultad? ¿Ni una mención? ¿Ni una foto de su obra? Y tampoco me
licencié hace tantos años… Espero que los nuevos planes de estudios sean
más inclusivos…
Museo Yayoi Kusama
En 2017 se creó el Museo Yayoi Kusama
en Tokio, dirigido por la propia Fundación Yayoi Kusama. Allí se
muestran algunas de sus obras tradicionales así como las nuevas
creaciones en las que está trabajando la artista, quien, a sus 91 años,
está viviendo una segunda edad de oro según palabras del director del
centro.
Suelen
trabajar presentando dos grandes exposiciones anuales, así como eventos
de menor envergadura, conferencias y talleres. En todas ellas se busca
involucrar al público en el arte contemporáneo, así como dar a conocer
el mensaje de amor por la humanidad que quiere transmitir Kusama en sus
obras.
Las obras de Yayoi Kusama
Sus primeros trabajos
A pesar de la falta de apoyo familiar, Yayoi Kusama dibujaba desde bien pequeña. Como manifestó en una entrevista,
sus primeros recuerdos son de sí misma pintando puntitos con los dedos.
Después, aprendió a dibujar a lápiz y luego con acuarelas.
Yayoi Kusama. Sin título, 1939. Lápiz y papel. 25 × 22 cm. Imagen via
Los lunares de Yayoi Kusama
¿Cómo se le ocurrió a Yayoi Kusama la idea de los lunares?
Su familia dirigía una plantación de semillas de flores, por lo que
había crecido en medio de campos multicolor. Kusama cuenta en su
autobiografía que, a los diez años, descubrió durante un paseo que cada
violeta tenía su propia expresión facial individual, casi como un ser
humano. De repente, vio lunares y patrones que volvían a la vida de la
nada, los encontraba por todo su entorno. En su arte, Kusama quería
capturar y entender estas abrumadoras secuencias que se le escapaban…
Yayoi Kusama. Vista de la instalación Dots Obsession,
2013/2016. Técnica mixta, dimensiones variables. Cortesía de Yayoi
Kusama Studio Inc., Ota Fine Arts, Tokio / Singapur. Imagen de Sharjah Art Foundation.
Los
lunares tienen la forma del sol, que es un símbolo de energía en todo
el mundo y lo que nos mantiene vivos, y también la forma de la luna, que
representa la calma. Redondos, suaves, coloridos, inconscientes y
desconocedores, los lunares se convierte en movimiento… Los lunares son
el camino al infinito.
Redes Infinitas (Infinity Nets)
Yayoi Kusama en Nueva York trabajando en una de sus Redes Infinitas
Las primeras Redes Infinitas (Infinity nets) de Kusama coincidieron con su llegada a EE.UU. Comenzó a pintar formas onduladas blancas, circulitos, sobre un fondo gris, en unas secuencias que no tenían ni centro ni perspectiva.
Kusama quería medir la inmensidad del universo, y quizá encontrar su
propio lugar… Aquí plasmaba su propio miedo de ser un pequeño punto en
el vasto mundo, una pequeña flor en el campo o solo una persona en Nueva
York. Los lienzos eran gigantescos, de más de10 metros, y causaron
gran conmoción entre sus compañeros artistas, como Donald Judd, que
nunca habían visto nada semejante.
La Bienal de Venecia de 1966
Yayoi Kusama en la Bienal de Venecia de 1966 con su obra Jardín de Narciso. Cortesía de OTA Fine Arts, Tokio/Singapur; Victoria Miro, Londres; David Zwirner, Nueva York. Imagen via
El artista Lucio Fontana
ayudó a Kusama a preparar su intervención en la Bienal de Venecia de
1966, a pesar de no estar invitada oficialmente. Creó el reluciente Jardín de Narciso,
donde se colocó en una pradera con 1500 bolas de espejo luciendo un
kimono dorado. Al lado, un cartel que decía: «Tu narcicismo a la venta»,
y cobraba dos dólares por cada bola que se quisiera llevar el público.
El evento causó bastante revuelo, ya que Kusama estaba vendiendo arte
fuera de los canales oficiales de la Bienal.
No cabe duda que el vegetal favorito de Yayoi Kusama son las calabazas.
No es sólo su sabor, sino que su forma le transmite paz y alegría. A
las calabazas decoradas con lunares les ha dedicado pinturas,
esculturas, instalaciones, ¡y hasta zapatos!
Las primeras calabazas (Kabocha,
en japonés) de Kusama aparecieron en exposiciones en Nagano y
Matsumoto, cuando aún estudiaba artes en Japón. Le aceptaron la obra
porque era un gran ejemplo de Nihonga, la nueva pintura tradicional japonesa que practicaba en la escuela.
Durante
sus años en EE.UU., Kusama «les dió calabazas» a las calabazas, para
retomarlas con fuerza a partir de los 1980. Desde entonces adquieren una
presencia casi antropomórfica, apareciendo en todas partes. Durante la
Bienal de Venecia de 1993, Kusama incluso repartió pequeñas calabazas a
los visitantes. Las calabazas fueron los primeros motivos que Kusama
empleó en esculturas al aire libre, realizas en bronce, mosaicos y acero
inoxidable, convirtiéndose en una de sus señas de identidad.
«Adoro
las calabazas,» explicó la artista en una entrevista en 2015, «tienen
una forma graciosa, amable, parecen casi humanas en su forma y calidez.
Mi deseo es seguir trabajando con calabazas. Estoy tan entusiasmada como
una niña pequeña»
Obliteration rooms
Yayoi Kusama. Obliteration room. Cleveland Museum of Art, 2018. Imagen vía
En
este tipo de instalaciones todo el espacio está pintado de blanco.
Aparecen muebles y otros objetos cotidianos, donados por personas
particulares. Se anima a los visitantes a que interactúen y participen en la creación de la obra,
pegando pegatinas circulares de colores brillantes por todas las
superficies. Finalmente se consigue la saturación del espacio, el horror vacui. El
final de la instalación supone el final de los objetos que hay en ella,
ya que quedan inservibles. Por eso estas muestras tienen el nombre de
«Habitación de la anulación». Aunque pierdan su utilidad, terminan
convertidos en obras de arte, son piezas únicas que han participado en
un proceso creativo.
Infinity mirror rooms
Instalación de una Infinity room de Yayoi Kusama.
Las Habitaciones infinitas, también conocidas como Mirror room,
son instalaciones que gozan de gran popularidad. En ellas el espectador
se sumerge en un mundo irreal, rodeado de espejos por todas partes, con
infinitos pequeños puntos de luz que parecen flotar. La relación con el
universo es inmediata, ya que verdaderamente parece que uno flota en
una galaxia. Los visitantes quedan muy impactados, aunque con las
enormes colas que se suelen formar para visitar la instalación, no hay
mucho tiempo para recrearse y sentir la inmensidad del cosmos sobre
nosotros.
Esculturas al aire libre
Desde
1994 Kusama amplió su repertorio artístico con el diseño de esculturas
para exteriores. Comenzaron instalándose en algunos centros artísticos
japoneses, aunque pronto dieron el salto a otros países y ubicaciones,
como parques y estaciones de tren y metro. Siempre buscan sorprender al
espectador al estar colocadas en lugares inusuales, como la del puerto
de Naoshima, que se ha convertido en un auténtico símbolo para la ciudad
y ha conseguido que ésta se vuelque en las artes.
Los
temas representados incluyen sus tradicionales calabazas de distintos
tamaños, ramos de coloristas flores, zapatos de tacón y los tentáculos
que tienen su origen en sus esculturas blandas. En todas ellas, como no
podía ser de otra forma, la artista repite sus patrones de lunares,
recreando una vez más sus redes infinitas.
Colaboración con Louis Vuitton
En
los años 1960 Kusama ya había diseñado ropa y abierto una tienda en
Nueva York, aunque sus prendas llegaron a venderse en distintos puntos
de venta por todo el país. La colaboración con la firma Louis Vuitton
(2012) no es sino una continuación de aquellas incursiones en el mundo
de la moda.
Imagen promocional de la campaña de moda de Yayoi Kusama para Louis Vuitton (2012)
Yayoi Kusama para niños
Creo
que Yayoi Kusama es una artista genial para practicar algunas
actividades con los niños. El uso que hace de los colores tan puros y
brillantes, con los patrones de lunares que se repiten hasta el infinito
les pueden resultar divertidos y atractivos como inspiración para
desarrollar sus propios talentos.
Curiosidades sobre Yayoi Kusama para niños
Se
puede hablar sobre la salud mental, las alucinaciones, las importancia
de las emociones y la forma de sobreponerse a los problemas empleando su
pasión por el arte como terapia.
Es una mujer artista, y no solo eso, sino que es una de las más famosas e influyentes del último siglo.
Sus obras de arte invitan al público a participar y disfrutar de la experiencia artística desde dentro.
¿Por qué no crear una Obliteration room en casa?
Vale,
quizá no dispongamos de una habitación entera con todos los muebles
blancos, pero seguro que tenemos paredes, puertas, tazas, los armarios
de la cocina, la nevera, o cojines de este color. Elegimos los elementos
que queremos «anular», les hacemos una foto del antes y empezamos a
cubrirlos con gomets de colores. 1, 2, 3…. ¡100! ¿Cómo ha quedado?
¿Hacemos una foto del resultado para comparar? ¿Cómo nos hemos sentido
transformándolos? ¿Nos gustan más ahora?
Nuestra Infinity room
Esta idea está inspirada en las Habitaciones Infinitas
y además es muy decorativa por si queremos darle un aire de fiesta a la
habitación. Inflamos globos de distintos tamaños pero preferiblemente
del mismo color, y les pegamos gomets. Si no tuviéramos también se
pueden hacer círculos con fieltro y luego pegarlos al globo con adhesivo
de doble cara. Finalmente, los colgamos a distintas alturas desde el
techo, para crear la sensación de profundidad en el espacio de las Infinity rooms.
Yayoi Kusama. Dots Obsession-Love Transformed into Dots.
2007, instalada en 2017. Globos de vinilo colgado en una habitación de
espejos y proyección digital de globos. 150 cm, 250 cm, 300 cm. Victoria
Miro Gallery, Londres. Imagen via.
¿No
nos gusta trabajar con globos? Se pueden emplear farolillos de papel
-los hay ya estampados a lunares- y quedarían muy chulos si se pueden
iluminar. También podríamos preparar círculos de cartulina y pegarlos a
un hilo, creando muchas guirnaldas que cayeran en vertical, como si
fuera el cosmos…
Pequeñas flores
Vamos
a crear unas flores, cada uno a su gusto, inspirándonos en las
esculturas al aire libre de Yayoi Kusama. Para esta actividad
necesitaremos goma eva de colores o cartulina, una huevera de cartón,
limpiapipas de colores, tijeras, pegamento y rotuladores o gomets. Se
puede recortar la huevera para utilizarla como base y pegar en ella los
pétalos de cartulina o goma eva. Los limpiapipas serán los tallos, al
tener un alambre por dentro podremos orientar la flor en el sentido que
queramos. Las decoraremos con gomets o pintando en ellas lunares con
rotulador.
Otra opción es realizar las flores de arcilla, y posteriormente pintarlas de nuestros colores favoritos.
Yayoi Kusama. Flowers. 1997. Acrílico sobre lienzo. 27.3 x 22 cm. Imagen via
Yayoi Kusama para colorear
Yayoi
Kusama también es reconocida por sus cuadros de flores, podría ser
divertido colorear las siguientes imágenes con lunares a todo color como
lo haría ella. ¿Seréis capaces de crear una red infinita como fondo? Podéis descargarlas gratis aquí.
Infinity net
Si
ya no queremos usar más gomets pero nos apetece seguir explorando a
Yayoi Kusama con los niños, podemos emplear los tapones que quizá
guardéis. En primer lugar, trazaremos una silueta en papel, podría ser
la de uno de los niños en papel continuo, o un muñeco o juguete en una
cartulina o soporte más pequeño. Después, vamos colocando los tapones
encima, ocupando todo el espacio interior. Podríamos hablar de cómo cada
uno de nosotros es un universo infinito y que formamos parte de otro
mucho mayor. Pero ¿qué tal si luego rodeamos los tapones con líneas? Si
no los hemos pegado y los quitamos, nos quedaran las formas onduladas,
como en unaRed infinita.
Lógica matemática con lunares
Juego de lógica matemática para niños inspirado en los lunares de Yayoi Kusama. Marieta Bermudo
Con
los lunares de Yayoi Kusama también se pueden practicar la lógica
matemática y el reconocimiento de los colores. Nosotros tenemos este
juego de madera, en el que hay que ir moviendo los círculos hasta
conseguir el mismo patrón que en las tarjetas. ¡Puede ser un reto para
los más pequeños! Podéis encontrarlo similar aquí, pero si sois un poco manitas quizá lo podéis diseñar vosotros mismos.
Yayoi Kusama y el mercado del arte
La
relación de Yayoi Kusama con el mercado del arte ha sido intensa. Desde
el momento que llegó a vivir a Nueva York y trataba de vender sus
acuarelas en distintos espacios, a posteriormente vender las obras de
Jospeh Cornell o su experiencia como marchante en los años 1970 en
Japón, a finalmente ser una artista mundialmente conocida y valorada.
Kusama es una de las artistas femeninas que ha batido auténticos récords de ventas, llegándose a pagar hasta 7.9 millones de dólares por una de sus Redes Infinitas
de 1959. También sus cifras en los museos donde expone son realmente
exitosas, reuniendo a un gran número de visitantes. Quizá la fotogenia
de sus obras e instalaciones, en estos tiempos en los que casi parece
más importante publicar una foto para las redes sociales que realmente
vivir la experiencia, tenga mucho que ver. Kusama parece haber
construido ese personaje de abuelita excéntrica que se camufla con el
decorado que ha creado. Pero también hay que tener en cuenta su
trayectoria vital y profesional -son más de siete décadas trabajando-,
los retos a los que se ha enfrentado y cómo ha sabido convertir sus
limitaciones en fortalezas gracias al tesón y esfuerzo.
La
pandemia en la que el mundo se encuentra inmerso durante todos estos
meses ha afectado también al trabajo de Kusama. Durante los primeros
momentos, mientras el psiquiátrico donde reside en Tokio se encontraba
confinado y no podía acercarse a su estudio, que está en las
proximidades, la artista se volvió a consagrar como una revolucionaria
del mundo a través del arte. En el mes de abril de 2020, a los 91 años,
escribió el siguiente mensaje:
A pesar de que brille fuera de nuestro alcance,
continúo rezando por que el resplandor de la esperanza nos atraviese,
que el tan ansiado brillo cósmico
ilumine nuestro camino
Though it glistens just out of reach, I continue to pray for hope to shine through Its glimmer lighting our way / This long awaited great cosmic glow
Ahora que nos encontramos en el lado oscuro del mundo
Los dioses estarán ahí para fortalecer la esperanza que tenemos que extender por el universo
Now that we find ourselves on the dark side of the world The gods will be there to strengthen the hope we have spread throughout the universe
Para aquellos que se quedaron atrás, cada historia personal y las de sus seres queridos
Es el momento de buscar un himno de amor para nuestras almas
En medio de esta histórica amenaza, un breve estallido de luz apunta hacia el futuro
Cantemos alegres esta canción por un futuro espléndido
Vamos.
For
those left behind, each person’s story and that of their loved ones /
It is time to seek a hymn of love for our souls / In the midst of this
historic menace, a brief burst of light points to the future / Let us
joyfully sing this song of a splendid future /Let’s go
Abrazados en el profundo amor y los esfuerzos de personas de todo el mundo
Ahora es el momento de superar, de traer paz
Nos reunimos por amor y espero cumplir ese deseo
Ha llegado la hora de luchar y superar nuestra infelicidad.
Embraced in deep love and the efforts of people all over the world / Now is the time to overcome, to bring peace / We gathered for love and I hope to fulfill that desire / The time has come to fight and overcome our unhappiness
A COVID-19 que te interpones en nuestro camino
Te digo «Desaparece de esta tierra»
Debemos luchar
Debemos luchar contra este monstruo terrible
To COVID-19 that stands in our way / I say Disappear from this earth / We shall fight / We shall fight this terrible monster
Ahora es el momento en que las personas de todo el mundo se levantan
Mi mayor agradecimiento a todos aquellos que ya están luchando.
Now is the time for people all over the world to stand up / My deep gratitude goes to all those who are already fighting.
Revolucionaria del mundo por el Arte. De Yayoi Kusama.
Revolutionist of the world by the Art / From Yayoi Kusama.
¿Qué hay de nuevo, Yayoi?
Kusama
ha seguido trabajando y creando nuevas obras a pesar de que el mundo
del arte no esté funcionando aún a pleno rendimiento. La artista sigue
en su empeño de hacer del mundo un lugar de ilusiones y construir un
futuro más esperanzador. Desde 2009 sigue trabajando diariamente en su
serie de pinturas Mi alma eterna, algunas de las cuales podrán verse en su museo en Japón.
Además, ha creado nuevas instalaciones inspirándose en sus propias Obliteracion rooms.
Ahora en lugar de pedirle a los visitantes que peguen lunares en
habitaciones completamente blancas, el público participa añadiendo
flores amarillas. Cuando las acciones de uno se superponen con las
acciones de otros, los límites entre uno mismo y los demás desaparecen
gradualmente y, finalmente, uno mismo desaparece:
Yayoi Kusama. Obsesión por las flores. 2017-2020.
Recientemente se ha inaugurado la exposiciónKusama: Cosmic Nature
del Jardín Botánico de Nueva York, después de haber sido aplazada por
la emergencia sanitaria. La artista ha presentado una nueva Infinity room llamada Illusion inside the heart, una estructura cúbica reflectante en la que el visitante podrá vivir una experiencia totalmente inmersiva.
Yayoi
Kusama nació en una familia de exitosos empresarios. Sus negocios se
centraban en el mercado floral, los invernaderos y la producción de
semillas. Aunque desde muy pequeña Kusama disfrutaba dibujando, su madre
quería que hiciera un buen matrimonio y se dedicara al hogar.
¿Cuál es la enfermedad de Yayoi Kusama?
Yayoi
Kusama relataba que, siendo pequeña en los campos de su familia, tuvo
la impresión de ver a cada una de las flores como un ser individual y
que así comenzaron sus alucinaciones visuales y auditivas. Los lunares
invadían todo el espacio y se colaron en sus obras de arte,
convirtiéndose en marca personal. Recientemente se desveló que tales
alucinaciones no fueron reales, pero, indiscutiblemente, forman parte de
la historia del personaje.
Kusama también ha sufrido fuertes episodios de ansiedad y depresión.
¿Dónde vive Yayoi Kusama?
Desde
1977 Kusama reside voluntariamente en un hospital psiquiátrico de
Tokio, muy cerca de su taller al que acude a trabajar diariamente.
¿Qué tipo de arte desarrolla Yayoi Kusama?
Yayoi
Kusama es una artista multidisciplinar. Realiza pinturas, esculturas, e
instalaciones. Es muy reconocida internacionalmente por sus cuadros de
flores y abstracciones. También por emplear su vegetal favorito, la
calabaza, en numerosas de sus obras. Sus instalaciones, como las obliteration rooms e infinity rooms, sumergen al espectador en un mundo de posibilidades infinitas en el que también se busca su interacción con la obra.