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martes, 30 de junio de 2020

miércoles, 10 de junio de 2020

DIARIO DE ABORDO: Día 81 del ESTADO DE ALARMA


Hace unos días me fui a la orilla del Cantábrico, ansiosa de ver horizontes azules, marinos, ondulantes, amplios en los que el movimiento fuera una caricia que viene y va como las mareas en esta orilla. Y llegué siguiendo la estela de los barcos de mercancías hasta los pies de la madre del emigrante, de la “Yoca.”

Unos minutos más tarde sentí la necesidad de atravesar esa frontera de los zapatos, de las mascarillas y meter los pies en el agua, y bajé hasta la orilla. La bajamar era muy pronunciada y en una roca pude sentarme y meter los pies a chapotear como cuando era una niña. El sol estaba ya bajando, y llegaban hasta mis oídos los acentos suaves de una pareja de sudamericanos que tumbados al sol conversaban animadamente. Él se levantó y rebuscaba entre las piedrecitas arrastrando con el pie una capa de ellas, y le advertí de la presencia de cristales. Comenzamos a charlar animadamente y se tumbó cerca de donde yo estaba.

Aquella charla con aquel muchacho hondureño de unos veintitantos años me reconfortó, me abrió el camino hacia ese viejo horizonte en el que la charla cobra sentido y nos hace encontrarnos, reconocernos y celebrar la fraternidad que debería imperar en esta humanidad que se repliega ante esta pandemia.

Charlamos durante casi una hora sobre tantas cosas, me preguntaba cómo había sido la crisis del ladrillo, compartió sus inquietudes y sus dudas sobre las causas de la carencia de paciencia en la población española. Él desde su trabajo sirviendo en bares, restaurantes estaba asustado por la falta de empatía, por el descuido que palpaba en la gente al salir del confinamiento, la falta de prevención, la rapidez con que querían ser atendidos a sus demandas, y compartió la indignación por la explotación en el mundo de la restauración donde a penas quince minutos para comer y jornadas de catorce horas le agotan. Me preguntaba sobre la España vaciada, y sobre esa vuelta al campo, ese campo que veía vacío, sin cultivos. Y me confesó que agradecía la cuarentena, porque para él había supuesto un tiempo de desconexión, para adentrarse en su interior y sentir a Dios, sentir la fugacidad y la vacuidad de la existencia. “No somos nada, somos muy insignificantes, nos vamos en un segundo, y no podemos hacer nada. Cuantos se han muerto solos, sin nadie, esos ancianos en las residencias. En mi país no hay asilos, los viejos están en la casa, se les cuida como te cuidaron ellos a ti”. Este tiempo le sirvió para mirarse y ver como si hubiese estudiado en lugar de una carrera universitaria una técnica tendría más trabajo ahora. Y a su amiga venezolana se le enturbiaba la sonrisa al mirar atrás y recordar cómo en su país tenía su empresa, su piso, era dueña de su vida y aquí empezó a venir a pasar vacaciones. Ahora estaba trabajando para otros, sintiéndose explotada en su condición de emigrante sin papeles, presa de la incertidumbre.

La vida es tan difícil para aquellos que emigran, que dejan atrás sus raíces, su pasado, a su familia, son verdaderos héroes y heroínas que se fueron en busca de un futuro mejor y en ese viaje se encontraron a sí mismos, a su esencia más auténtica. Se enfrentaron como Ulíses a los cantos de las sirenas que querían arrebatarles la vida y llevárselos a un fondo desconocido pero ellos y ellas fueron atrapados por esas sirenas, no tuvieron tripulación que los sostuviera a flote sobre el navío a salvo. Ellos y ellas bucean en otros mundos marinos, y sueñan con volver cuando la desesperanza los atrapa, sin darse cuenta de que la vuelta ya no es posible, ya que la orilla que dejaron ya no existe.Ya no hay Penélopes esperando ningún regreso, tejiendo y destejiendo. Ahora se van ellos y ellas, emigran, parten, Esa playa se ha transformado, ya no es la misma, ni estas personas son las mismas,, su maleta está repleta de nuevas miradas, de nuevos desafíos, de saudades. Esa vuelta es como si quisiéramos ensartar una de las cuentas de un mala que ha estado rodando por un río hasta llegar al mar, conserva el orificio, pero ya no tiene el tamaño, ni la forma de antes para encajar en el mismo lugar que ocupaba en el conjunto. Su lugar ocupaba el número trece y ahora podría ensartarse en el número treinta y tres para que los dedos reconozcan el final de la primera vuelta.  


 


jueves, 21 de mayo de 2020

Album de fotos: en la jaula







Diario de la cuarentena

La ciudad sufre tantos cambios en estos últimos meses, por ejemplo en el tránsito de Santa Bárbara siempre olía a orina, ese olor penetrante, desagradable y ahora tras la desinfección con la lejía no huelen a nada esas piedras que han visto evolucionar esta antigua Vetusta que describió muy bien Clarín en su novela La Regenta. La ciudad ha cambiado desde mi infancia tanto, ya a penas la reconocía, tras prohibir circular los coches se silenciaron los espacios, las calles por las que iba hacia el instituto, fueron perdiendo sus tiendas pequeñas y empezaron a medrar los bares, bares que abrían de madrugada y las aceras de fueron oscureciendo con los cigarrillos, el alcohol y las vomitadas de los jóvenes y no tan jóvenes que salían por las noches a consumir drogas legales e ilegales. 
Luego llegaron planes de reformas y levantaron las losetas de piedra rosadas y uniformaron las calle,s sin aceras, con esas losetas marrones de arenisca, que se rompen y cuando llueve se mueven y es imposible no mojarse hasta los tobillos. Arrancaron árboles, y transformaron plazas en las que había hierba, bancos, y árboles en plazas espartanas, que te recuerdan a las marchas militares, con unos adoquines que imitan empedrados que nunca hubo aquí. Las fuentes desmesuradas llenaron las plazas en las que antes aparcábamos el coche y alguna tuvo que dejar de accionar sus chorros porque si el viento soplaba los vecinos del edificio de al lado no podían salir a la terraza porque se duchaban con el agua de la fuente, de la Gavinona. 
Ahora todo está desierto, vacío, silencioso y las personas que salen a comprar con su carrito se encuentran a veces con indisposiciones biológicas y ante el apretón defecan en la acera de la calle y dejan la cagada en plena cera bajo un trozo de papel higiénico que tendrán que limpiar los barrenderos. Dos enormes deposiciones aparecieron al final de mi calle, frente al quiosco realizadas por la misma mujer según me contó el dueño del kiosco. 
Luego e otro kiosco el dueño está aburrido y nos deleita con la cuenta de los días que llevamos encerrados y los días desde el ESTADO DE ALARMA, hay un día de diferencia y con una frase que escribe en el ordenador en letras grandes y pega encima de la puerta, una cita de Benedetti, de Churchill, salgo con la intriga de ver qué puso hoy. 
Las colillas han desaparecido, y el silencio no lo rompen ni los perros que son los que salen a pasear. 
El pasiaje cambia, se modifica, bulle. A las ocho los aplausos llegan como una ola que se exiende y ca cruzando la ciudad, descendiendo hasta e HUCA. 
Y cuando ya pudimos empezar a pasear la vida volvió, y las estatuas que poblaron mi ciudad se cubrieron con mascarillas también. 





LAS MASCARILLAS NO SON RECICLABLES, LOS GUANTES TAMPOCO


 

miércoles, 20 de mayo de 2020

Diario de Cuarentena DIA 63. CARTA PARA VITOR

Oviedo 20 de mayo 2020

Mi querido Vitin:

Me preguntas cómo llevo esta cuarentena y te diré que estoy agotada, estoy muy cansada, trabajo más horas que nunca. El teletrabajo lleva muchas horas, y no soy capaz de cerrar el teléfono y decir hasta las 15:00 o las 14:30 como si estuviésemos en el instituto. No lo hago porque muchos de vosotros, de mis alumnos en estos días están haciendo el ayuno del mes del ramadán, y la mañana la pasan durmiendo, como muy pronto se levantan a las 10 y la vida en casa es un mundo, organizar los horarios, encontrar la forma de compatibilizar los tiempos de atención a la escuela online con la vida familiar no los negociamos, porque nos pilló a todos sin experiencia en estos lindes, y me cuesta imponer unos límites en territorios en los que no debo meterme y negociar a estas alturas la forma ya creo que no tiene mucho sentido. Así que vivo con la incertidumbre de saber si podré conectar con Fátima a una hora en que estemos las dos, le escribo y le sugiero una hora en el wasap y no me contesta, sale la flecha azul, pero no sé si es que sí o no. Eso me enerva bastante, esos silencios que no sabes cómo interpretar porque no sabes si no les interesa, si no saben si podrán estar, y la pérdida de tiempo es importante. La planificación del tiempo es importante, porque tiempo es lo único que tenemos, esa es nuestra única propiedad real, somos dueños de en qué empleamos el tiempo. Y malgastarlo en esperar delante de estas pantallas que me roban visión, ya veo cada vez peor, son demasiadas horas delante de ellas para lograr pocas cosas. Escribo correos, creo grupos en el TEAM, hay gente que contesta otros no, otros después de unos días. La flexibilidad tiene que ser mucha, y flexible creo que soy pero hay fronteras que no soporto que se quebranten. Esos límites son no dejar a la gente a las personas tiradas, mantener la comunicación y tratar de solventar los conflictos que surjan que son normales, esperables. Hay que negociar, como negociamos tú y yo con la entrega de las tareas con los materiales,… Tú  eres de las personas más fáciles de comunicarse y de expresar, avanzar, aunque no lo creas más que muchos adultos.

Luego está la situación de encierro, de vivir en esta jaula en la que se han ido muchas personas, los muertos son muchos, pero en la segunda semana se murió mi querida Hanzada, mi alumna siria que recién cumplió nueve años. Llevábamos un año y tres meses luchando contra un tumor feroz que le arrebató su infancia, transformando su cuerpo en una adolescente, con muchos cambios físicos, con mucho dolor. Los niños no deberían morirse antes que sus padres, eso es antinatural y para mí es la primera alumna que se me muere, y digo se me muere porque es un poco mía también. Su última semana de vida cree un jardín para ella en el blog, en el otor blog, EL JARDIN de HANZADA, y día a ´día le envié flores que le pintaron muchas personas, muchas amigas y las vio, sabía que el último jardín seria el Taj Mahal, hablarle de flores, de luz ponía un aire de alegría en ese proceso de dejar el cuerpo, y ser luz. Ella es luz, luz pura y resplandeciente.


ttps://castellano2lengua.blogspot.com/search/label/EL%20JARDIN%20DE%20HANZADA

Mi energía el último año estaba para ella, me llamaba diciéndome que estaba ingresada en el hospital y salía corriendo a su habitación en la séptima planta donde nos reíamos, ahí hace meses tuve que ponerme la primera mascarilla, el traje completo para verla en la habitación porque se aburría y me llamaba para que fuera si podía ir a verla. Y cómo no iba a ir. La última semana de su vida estaba en casa con sus hermanos, mis niños Musa y Omar que querían matar a los médicos porque no dejaban que fueran a verla cada vez que ingresaba para recibir el tratamiento y yo les explicaba lo que eran las defensas, los virus, el peligro que tenía para ella verlos mientras le daban el tratamiento que la hacía vomitar, dolerle la cabeza, dormir. Pero incluso en los momentos de mayor dolor siempre sonreía y se alegraba al verme, las dos nos incendiábamos el corazón la una a la otra juntas y la alegría explotaba, nos reíamos, me preguntaba:  ¿Qué eso de operar? Mañana me operan, explícame profe. Y sus dos últimas noches de vida las pasó en el hospital con su madre y el móvil, un móvil en el que estábamos conectadas, escribiéndome emoticonos que lo decían todo, porque no saben mucho español, pero el sentimiento y conocer la situación te ayuda a entender. Esa forma de acompañar a su madre a ella en esos momentos tan duros, a través de un móvil enviando canciones, palabras que se anudaban en mi garganta pero eran necesarias para aliviar la soledad tan grande de esa madre en una habitación con su hija muriéndose, adormilada, sin poder ya abrir los ojos, pero oyendo. Le mandaba la sura que se escucha cuando un musulmán muere para que encuentre el camino al jardín del Edén a su paraíso, y para consolar a la madre que la acompaña. Fueron un día y medio muy duros, los peores de mi vida. Quieres irte abrazarlas, pero no puedes salir y la ventana ese teléfono. Estoy triste, como comprenderás. Ella mi Hanzada es una fuente de inspiración, la energía que le dí durante este último año es como  si volviera a mi para seguir día a día con el blog, sacando adelante el trabajo con el móvil, ya que la mayoría miran lo que pueden con el móvil, No hay ordenadores, no hay dinero, no hay muchos datos y no se puede estar conectados horas y horas, así que tiene que ser algo breve y el reto es mayor, es más difícil. Algunos son pequeños y no saben leer ni escribir en español por lo que el trabajo de su padre de sentarse con ellos y traducir, explicar en el móvil es fundamental para que Islam y Abdullah puedan responder y su respuesta es increíble. Su padre es mis manos, es mi voz en la forma de lograr que hagan las tareas. Otros en cambio no contestan, es como tirar botellas al mar con mensajes. Y sigo tirando botellas, lazando botellas con mensajes de Richy. Mi títere un títere que estuvo conmigo años y años. Ahora vuelve a la escena con protagonismo, él es como mi alterego, él es el argentino que protesta y riñe, con su acento del español de la Argentina, otro español, en esta diversidad que me encanta. La vida es diversa, tan llena de matices, enriquece verlo y sentirlo así, es una fuente de aprendizaje. Y recibes lo que das, recibo el apoyo de mi querido Abdul Rehman que me diseñó la portada en urdu y árabe sobre ese universo que estamos creando y sus poemas en urdu y español que me envía, para que revise y me leer en las dos lenguas. Ya no es mi alumno, pero es como si fuera otro de mis hijos, otra persona que me dio mucha alegría, con la que lloré en una clase cuando él me preguntó: ¿Qué te pasa profe, no estás bien?-  Y no lo estaba, como no iba a estarlo si  me habían dicho que Hanzada tenía un tumor muy agresivo. Lloramos juntos, las lágrimas se deslizaban sin poder contenerlas ni él ni yo, y rezo por ella en árabe una oración que me gravó para que la enviara a su madre, en aquel sótano en el que le daba clase, húmedo, sombrío pero en el que reinaba una serenidad que generábamos entre él, su hermano Abdallah y yo al dar clase, responder a sus preguntas. Mi querido Abdul que tejió puentes y me envió otra sura en esos dos días para mi niña, y en el entierro al que solo pudieron ir su madre y su tío. Son momentos tan duros, nos enfrentamos a la muerte. Surgió ese cuento del Más allá y Como todo lo que nace para explicarle a Omar que Hanzada se había muerto, para decirle que ya no volvería del hospital. Y aproveché para trabajarlo con todos porque es un tema que nos toca a todos en esta cuarentena.

Como te decía envío botellas imaginarias, botella al mar, como dice el poema de Benedetti y no sé a qué costa llegarán, quien las lee, se que estamos ya cerca de las tres mil visitas en el blog pero no me contestan algunos que deberían formar parte de este blog y me preocupa. Me van llegando respuestas a las causas auténticas, más allá de las elucubraciones que pueda hacer sobre la mala situación económica que es una realidad para muchas personas, y para los extranjeros y extranjeras más aún. Y en esas respuestas a los ritmos de cada uno, me narran tragedias en las que los sueños con los que se iniciaron viajes desde otros continentes se rompieron y son ahora cascotes que cortan las entrañas y desgarran el corazón porque nacen niños, hermanos y hermanas pequeñas que quieren retornar al origen y el Estado de Alarma no permite hacer trámites que te permitan tener el pasaporte, poder comprar un billete de avión y retornar a casa, a la casa de unos padres ancianos enfermos a los que puede que no llegues a tiempo de poder despedir. La tristeza nos rodea, y tenemos que lidiar con ella, tratar de aprender la lección que nos toca, tenemos en momento de ahora. Mañana no existe, ayer ya se fue, es ahora lo único tangible, lo real.

En otro momento te contaré mis salidas a la tienda, en esta ciudad que me vio nacer y a la que reconozco cada vez menos. Pero ahora quiero que sepas que en estos días en que podemos salir hay que salir a tomar el sol, a respirar, a ver los árboles, a abrazarlos, a perder la vista en las cumbres de las montañas, y yo estoy deseando ver el mar, el mar que extraño tanto y me cura el corazón. Necesito irme a la playa, a mi orilla.

Sal por favor, sal aunque al principio te cueste, pero lo agradecerás. Dormirás mejor, y dormir es tan importante en este encierro. Sal, escucha música, pasea,…

Un abrazo  mi querido Vitor.

 


lunes, 27 de abril de 2020

LA MUERTE Y LA VIDA EN ESTOS DÍAS


La muerte nos rodea en estos días, la muerte, la Catrina, la cara oculta en la que desde occidente nos negamos a mirar a la cara, negando su existencia, entra en nuestras casas cada día con las noticias en las que nos informan del número de fallecidos que hoy tenemos en España, en el mundo… Cifras, números de curados que son la esperanza, de infectados o contagiados que son posibles fallecidos mañana, o pasado.

Pero detrás de esos números hay personas, con nombres y apellidos, hay familias que no se han podido despedir de sus seres queridos como les hubiese gustado, como hubiesen necesitado para poder ir elaborando el duelo por sus seres amados. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional, como dicen los sabios de oriente, pero ese aprendizaje es uno de los que se adquieren en la vida, tras muchas pérdidas, tras mirar la muerte como un fenómeno natural que forma parte de la vida. Venimos solos, salimos al mundo y solos nos iremos. Solos, nunca esta soledad ha sido decretada por los Estados, impuesta. En otros momentos a lo largo de la historia muchas personas han muerto solas, claro está, pero por circunstancias que no son las frecuentes, las de la mayoría. ( Me vienen a la memoria los ancianos que mueren solos en los países del norte de Europa que viven solos y mueren solos, hasta que el olor de la putrefacción de sus cuerpos hace patente su fallecimiento para los vecinos nadie se da cuenta de que han muerto, mueren millares de emigrantes en naufragios de pateras en el Mediterráneo pero mueren juntos por cientos, han matado a pueblos enteros, todos los genocidios… ) Pero ahora los Estados decretan unas medidas sanitarias que nos impiden acompañar a los hijos, a los abuelos, a los padres, a las madres en su lecho de muerte en las camas de hospitales. Se van en silencio, acompañados quizás por la angustia de los sanitarios desbordados, de los otros enfermos que en la cama de al lado escuchan la última inspiración. Y eso es tan doloroso, tan traumático que necesitaremos mucha resiliencia para seguir adelante desde este occidente que niega la muerte, vive de espaldas a ella, y la Catrina nos caza a lazo.

Comenzó este confinamiento y para mí fue la peor semana de mi vida esa esa semana en que solo a través del teléfono podía acompañar a mi querida Hanzada. Ella es una niña de nueve años recién cumplidos, que lleva un año luchando contra un cáncer. Una niña que nació en Siria dos días antes de que comenzase la guerra en su país. Ha sufrido con su familia el duro viaje de llegar a Europa, como refugiada, su periplo desde Siria a Turquía donde estaba su otra tía y donde se quedaron ya los tres juguetes con que habían partido. De ahí a Grecia en una patera, junto a la suya naufragó otra, de la que su hermano mayor ( dos años más que ella) sacó a un bebé del agua helada y devolvió a la vida). En Grecia, dos años en Tesalónica en un campo de refugiados donde los excrementos de los pájaros caían sobre su comida, y de ahí a España, de aquí a Alemania donde está otro tío de la familia, pero los deportan y poco a poco vuelven a disgregar a ese núcleo familiar: abuela, tío, madre, y tres niños. Vuelven a reunirse en España y su periplo acaba para ella en Oviedo donde descansa en paz, (en el cementerio que veo en el horizonte por la ventana de mi cocina), tras vivir en La Felguera, donde nuestras vidas se cruzan para siempre.
Fue mi alumna más despierta, la alumna con más deseos de aprender que he tenido nunca, una familia que apenas habla español, y los niños son la luz que va ayudando a todos a seguir adelante. No entender lo que pasa, lo que te dicen es terrible, es durísimo y sobre todo cuando estás en un hospital y no entiendes con precisión qué te dicen los médicos sobre lo que le pasa a tu hija. Yo no sé hablar árabe, pero sé lo suficiente para saber que una persona que procede de Siria entiende más a o menos lo que le dice un intérprete marroquí, pero hay cosas que se escapan. La soledad es despiada, no puedes construir tu esperanza, la red que te sostiene se teje con gestos, con acciones, con canciones, con tonos de voz que llegan a través del móvil. Cuantas semanas pasó mi niña hospitalizada sin poder ver a sus hermanos, y sus hermanos no entendían por qué no podían verla. Y les expliqué una y mil veces lo que eran los virus, la inmunodeprimida por los tratamientos que luchaban contra ese tumor feroz que arrebataba la infancia a una niña cuyo cuerpo se transformaba a merced de unas hormonas, de unas informaciones en las glándulas que aceleraban su organismo haciendo que sintiera los cambios de la adolescencia en su cuerpo. Su voz me llegaba cada vez que ingresaba pidiéndome que fuer a  verla si podía y corría hasta su cama, a pesar de todo el rechazo que siento por los hospitales y no veía forma de irme, de dejarlas allí a madre e hija en aquella habitación del que no salían durante semanas. Y claro la tristeza que sentí fue tan grande, veía el deterioro, la negación del mismo, la crudeza de la enfermedad, lo doloroso que era afrontar los cambios y la rabia por no ser capaz de lograr que fuese más fácil transitar por ese camino. Y mi querido Abdul Rehman notó mi tristeza, con él y su hermano estábamos en el proceso de aprender español en Mieres, en aquel sótano… y él me preguntó: - ¿Qué te pasa profe? No estás bien, ¿qué pasa?- Y las lágrimas brotaron solas, me caían no podía contenerlas mientras le contaba y rodaron por las mejillas de los dos, sin contención como un bálsamo. Él me dijo: - Tú puedes ayudarles, yo voy a rezar por ella. Voy a mandar una oración para ella.
Y me envió la sura del Corán en la que se reconocen como creyentes todos los musulmanes uniéndolos, por encima de sus nacionalidades. Y esa sura que le envié me ayudó a descubrir que estaban solos, que a pesar de llevar ya seis meses en La Felguera la comunidad religiosa en la que podían encontrar cierto apoyo no existía porque un hombre de una ONG se había encargado de aislarlos, para sacar un beneficio propio. Los acontecimientos se sucedieron y la madre de Hanzada, una mujer muy fuerte logró desembarazarse de este hombre que venía envuelto en amabilidad y suavidad. La red se expandió y al menos volver al salat a la oración en los momentos tan difíciles es el único consuelo, donde en esta religión además la comunicación es directa sin intermediarios. La abuela sigue rezando aferrada a su rosario, pasando cuentas sin saber casi nada de español.
Pasaron los meses y seguimos el proceso hasta llegar a esta última semana, en la que construí un jardín para mi Hanzada, un jardín con flores que el enviaba cada día dibujadas, por mí y por otras amigas que colaboraron y fui enviando a través del wasap y se recogían en el blog: https://castellano2lengua.blogspot.com/search/label/EL%20JARDIN%20DE%20HANZADA
Esa semana la viví con sobresaltos, intuía que el final se acercaba, que en aquellas palabras de su hermano, de su madre estaban escondidas otras como fallos renales, como metástasis,… desenlaces. Y pedía que no sufriera, que pasara de un sueño a otro, que se apagara con serenidad, sin dolor. Se fue adormilando, se fue yendo poco a poco, hasta que los últimos dos días la llevaron al hospital. Su madre y ella solas, en una habitación del HUCA sin poder ir allí por este confinamiento. Dos días y dos noches sin dormir, con emoticonos en el wasap que lo expresan todo:



Y en esos momentos tan duros, donde la realidad se impone a cualquier expresión lingüística, al no poder sentir el calor de un abrazo sólo la música, y el tono de las palabras nos acogen, nos acunan y gracias a Abdul Rehman llegaron las suras que piden mejorar en la voz de Abdul. Y al día siguiente durante el entierro al que solo pudieron acudir su madre y su tío la voz de Abdul estuvo allí con el imán como plegaria. Ese gesto desinteresado, que brota de la gran capacidad que tiene Abdul trae consuelo, cobijo en los momentos más duros que puede vivir una madre, que es tener que enterrar a una hija. A mí  me ayudó escucharle a serenarme en esos momentos en que esta niña estaba siendo preparada para entrar en el Paraíso, porque ella es un ser tan inocente, tan puro, que si hay Paraíso ella estará allí. Dice un poema que todos somos polvo de estrellas, ella está ya en el cielo brillando, iluminado una senda amorosa que nos lleva a conectar con los demás a través del corazón.

Para Abdul, mi tigre del Punyab, estas acciones con acciones desinteresadas, normales, cotidianas, él que ha vivido la situación de estar rodeado de una lengua en la que se dirigían a él sin entender nada y que ha pasado a dominar con cierta precisión sabe lo duro que es estar en un país extranjero, sin entender. Esa barrera que puede ser la lengua a veces es un muro insalvable, a veces se transforma en pilar de un puente que nos permite ir hacia los otros. Abdul habla más de seis lenguas, lenguas de su tierra, de Pakistán. Es una persona con unos valores extraordinarios, con empatía, resiliencia, él ha sufrido  también por los malos entendidos que se generan al no entender, al no partir de un conocimiento compartido o desde el respeto y la curiosidad por su cultura. Capta perfectamente la actitud del interlocutor y elude la violencia. Trata de solventar el conflicto, de aprender de él, de conocer más del otro. Pregunta pregunta siempre, eso tenía en común con Hanzada, que siempre quería aprender, saber y siempre me preguntaba por todo ( - Mañana me operan ¿qué es eso profe? Explícame... ) Los dos me preguntaban: - ¿Por qué no quieres hijos? ¿Quién va a cuidar de tí cuando seas vieja?.- Y os dos entendieron que mis alumnos y alumnas son mis hijos e hijas, y los trato como me gustaría que tratasen a los míos, con respeto, dignidad, amor, escucha, justicia. Los dos saben ya que  a veces los hijos mueren antes que los padres, y las madres.  
Abdul me ayudó a crear la imagen de este blog, él pintó ese universo en el que brilla ya Hanzada, y escribió las letras en árabe urdu y español con el nombre de este blog que  trata de ser un faro en este caos en el que vivimos, de tejer esperanza  a través del arte. Y su voz se eleva en él para dar impulso a su talento como orador. En Pakistán recuerdo que me contaba como la gente hacía círculos a su alrededor para oírle recitar.

Gracias Abdul por estar en mi vida.

Amal, Encarna


Recuerdas Abdul:
https://castellano2lengua.blogspot.com/search/label/Pakist%C3%A1n%20Abdul%20Addullah

miércoles, 22 de abril de 2020

DIA 40: Cuarentena

Hoy llegamos a ese día número 40 de encierro. El español como lengua llena de matices nos dice en el diccioanrio como decía ayer que la cuarentena es un aislamiento preventivo de personas, animales, por razones sanitarias. 
Pero dura cuarenta días, esto parece que durará más. Otros hablan de retiro y el diccionario dice del  retiro entre otras muchas cosas que es un ejercicios piadoso, durante el que por unos días se practican ciertas devociones dejando las ocupaciones diarias. 
Pero las obligaciones diarias nos llevan ahora más tiempo, las estructuras que sustentan las comunicación por internet parece que no soportan el peso de tantas personas a la vez y me viene a la mente aquella canción de un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña y como o se rompía fueron a llamar a otor elefante... Hoy ya somos manadas de elefantes, manadas de fallecidos, manadas de enfermos, manadas de asintomáticos, manadas y más manadas.  El tiempo que invertíamos en ir a comprar es mayor dado que hay que ponerse los guantes, las mascarillas, quitarselas, desinfectar lo que compramos,... en fin lleva más tiempo todo. Y hay que tener más paciencia.
Hay imágenes que se cuelan en nuestro paisaje como estás que so comparto y os invito  a que me enviéis al correo alguna de esas imágenes que se encuentran en nuestro hacer diario. 
Vamos a estrenar una nueva etiqueta, album fotográfico para reunir estas imágenes de nuestro día a día que rompen la monotonía de cada día. 
Esta foto la saqué al volver del supermercado en uan calle de Oviedo y me produjo mucha tristeza. 



¿Entre tantos vecinos no son capaces de borrar esas palabras tan racistas? ¿Qué harías si apareciera esto en tu casa? 

Este reportaje habla de las condiciones de los emigrantes que vienen a recoger la fresa en Huelva




martes, 21 de abril de 2020

Diario de cuarentena

El diccionario nos dice que cuarentena es un conjunto de cuarenta unidades, pero parece que esta situación en la que estamos en casa encerrados,  ( confinados) va a durar más de cuarenta días.

Si buscamos la palabra encierro entre los sinónimos podemos aprender muchas palabras que están apareciendo en los medios de comunicación que usábamos para por ejemplo definir el estado de los osos hasta la llegada de la primavera; hibernación. Eso sí los medios de comunicación la usan para hablar de la economía. https://dle.rae.es/hibernaci%C3%B3n

 Vivimos confinados, encerrados,  enclaustrados, recluídos, todos los sinónimos que hay en el diccionario de sinónimos se relacionan con la prisión, la cárcel, la privación de la libertad.

Pero parece que pronto se tomarán algunas medidas para que los niños y las niñas puedan salir a la calle un rato con una persona adulta. No podréis jugar en el parque con otros, pero al menos salir de la casa, tomar el aire, un aire que toman los presos en las cárceles.

Buscad el sol, y aprovechad para que el sol os acaricie la cara, las manos. El sol es una fuente de vitaminas, de energía.

Los adolescentes tendrán que seguir encerrados y encerradas, así que paciencia. Pensad que todo tiene un final y esto acabará. Hay muchas personas para las que  en estos días se acaba su vida, mueren. La muerte impregna los telediarios, las portadas de los periódicos, número de fallecidos, curvas que crecen y descienden, picos que llegarán.

La muerte forma parte de la vida, pero en occidente vivimos de espaldas a ella, negando su existencia, así que esta semana y la que viene vamos a ir descubriendo las caras de la muerte en diferentes culturas, cómo se vive en diferentes partes del mundo.

Empezaremos con este vídeo sobre estos ritos funerarios que son las formas de enterrar a las personas en lugares como el Tíbet, en Irán, en lugares que creen en el budismo y en zoroastrismo. Las religiones están muy relacionadas con la forma de despedir a los difuntos.
Pero antes consultad los enlaces, conviene recordar sinónimos de:

EL ENTIERRO CELESTIAL 



Torres del silencio en Asia



Yazd, la ciudad de las Torres del viento y Zaratustra en Irán




TORRES DEL SILENCIO EN IRÁN 2019

viernes, 17 de abril de 2020

Día 34 de encierro

Hoy es viernes, el primer viernes tras las "vacaciones de Semana Santa",  en estos días el tiempo se mide de otra forma, las rutinas han cambiado, nuestros movimientos han sido restringidos al interior de la casa, para los adultos hasta el supermercado, hasta el banco, o la farmacia. 
Incluso las prendas de vestir cambian, ahora los guantes y las mascarillas se incorporan a nuestra vida cotidiana. 
Esta semana ha sido larga, entre hacer vídeos, lograr conectar con mi alumnado, empezar a trabajar con ellos y ellas, escribir correos a los compañeros y compañeras, establecer conexiones en plataformas,... es agotador, mucho más que hacer los 600 kilómetros que solía hacer a la semana en mi coche.
Pero bueno hay que adaptarse y seguir, encontrar cosas buenas de la nueva situación, y enfrentarlo como un reto. 
Ayer me enviaba un texto sobre los himba una amiga Noelia, y cuyas manos extraño mucho ( ya que ella da unos masajes maravillosos, y cuando tengo saudade me iba a su hamman en Gijón y viajaba con sus aceites, sus manos y la música de Omar Farouk). Le propuse que se grabase leyéndolo y lo incluí en esta RED POÉTICA que inicié esta semana donde podéis escuchar relatos, cuentos, poemas en diferentes voces de personas cercanas, y muy queridas a las que agradezco su generosidad. 

Escucharla me hizo conectar con el espíritu nómada que tengo y me lleva a disfrutar con el encuentro de diferentes culturas, y sentirme afortunada al conocer cada curso a personas de diferentes continentes y acompañarlas en el proceso de aprender una nueva lengua y cultura, la mía.  Mi trabajo es básicamente una mediación, un acompañar, mediar, ayudar, pero la apropiación de la herramienta, del lenguaje es de cada persona.

Os comparto estos documentales que hablan de los Himba, en Namibia. La primera vez que oí hablar de este país, fue en un periódico que mostraba la Costa de los Esqueletos, esos paisajes en los que los dunas mueren en el océano y en las que encallaron muchos barcos, cuyos cascos le dan nombre a este lugar mágico de África, en su costa atlántica. 

Espero que los disfrutéis y os adelanto que montaré un pequeño vídeo para ayudar a mi alumnado a navegar por este blog y evitar el naufragio y el aislamiento del agotamiento.





La costa de los esqueletos y la tribu de los himba
https://www.youtube.com/watch?v=kMnzolRqf_0
Tribus nómadas
https://www.youtube.com/watch?v=_ftlPRTWRzg
El color ocre en los Himba
https://www.youtube.com/watch?v=_ftlPRTWRzg


miércoles, 15 de abril de 2020

Diario de la cuarentena: Día 31



Ayer fue el día 31 de nuestro encierro y pude charlar un rato con Vitor, mi alumno brasileño a través del wasap. Estuvimos charlando sobre cómo se encuentra,  las dificultades que encuentra en las plataformas,  de los plazos del Curso en el Aula Virtual Cervantes y de las propuestas para el tercer trimestre. 
Me alegró mucho hablar con él, y que rompiera la barrera de la timidez y se lanzara a hablarme en un  audio, a pesar de los cambios en su voz que son tan frecuentes en la adolescencia, (los cambios en esta etapa). Vitor siempre me alegra el día, espero que os alegre esta jornada. Ya me diréis si estáis de acuerdo conmigo tras ver el vídeo. 

Felicidades Vitor, estoy muy orgullosa de ti.

lunes, 13 de abril de 2020

Vuelta al cole, desde casa, con el móvil,...

Hoy se acaban las vacaciones de esta Semana Santa particular diferente, inolvidable. Estamos encerrados y encerradas en casa, y parece que al menos estaremos otros quince días como mínimo.

Con los pocos alumnos y alumnas con que he podido hablar me preguntan: -  "¿Cuándo volvemos a clase? "
- Sé que tenéis ganas de volver al aire libre, a ver a vuestros amigos y amigas, de poder jugar en el patio, corrrer, saltar,... pero tendremos que esperar un poco más. Lo mejor es que pensemos en el hoy, en el presente, en cada día y pensar en que llevamos un día más,  confiar en que esto terminará. Pero mientras tanto pensemos sólo en hoy, en el presente.
Como decía Serrat, Ana Belén  en uno de sus canciones: "Hoy puede ser un gran día,  plantéatelo así,  plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende de ti. " 

EJERCICIO  1
Puedes escuchar la canción aquí: https://www.youtube.com/watch?v=cXJplH9FrGE

Así que vamos a aprovecharlo, comenzamos esta nueva etapa con una sorpresa.  Podéis verme  con alguien más en este video. 
  1. Pincha y escucha con atención: PRIMER VIDEO
  2.  Después escribe las preguntas que se pantean en el video.
  3. Puedes contestar a través de diferentes formas:
  4. Haz  un dibujo con tus respuestas , saca una foto después y envíamela por el wasap.
  5. Graba un audio y contesta a las preguntas y envíamelo por el wasap.
  6.  Yo lo publicaré en este blog en la pestaña de CUADERNO DE BITÁCORA.
Si tienes dudas pregúntame por  wasap.  Ánimo.
Espero vuestros trabajos. Fuerza y coraje. Un abrazo
Encarna

viernes, 10 de abril de 2020

El TAJ MAHAL el jardín del Paraíso en la tierra





El Taj Mahal es un lugar mágico en la ciudad de Agra, en India. Es el emblema de este país. 
Y es un masuoléo,  una tumba construída por un emperador mogol para su amada. En este documental conoceréis las detalles de este lugar especial. 
Cuando lo visité a las cinco de la mañana con mi sari rosa que compré para este evento y entré descalza  en él la energía que sientes en los pies te envuelve y te hace sentir el amor que hay en este lugar, un amor intenso, que te lleva a dedicar todo tu atención a una persona, a una creencia, y dejar que lo demás pierda relevancia y transcendencia.
Incluso desde el Fuerte Rojo desde donde el emperador pasó los últimos siete años d esu vida encarcelado, percibes esa energía y los ojos se te van siguiendo la corriente del Yamuna hasta el Taj. 
La última semana de vida de mi querida Hanzada empecé a escribir y a dibujar flores para ella, y describí en el blog el jardín de Hanzada. Sabía que el último jardín del que iba a hablarle era este del Taj, y tras su muerte seguí pintando para ella, aquí están los dibujos.