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martes, 1 de abril de 2025

Entrevista con una directora de cine marroquí

 

Maryam Touzani: “Ante todo, lo que me interesa tratar en mi cine es lo humano»

Maryam Touzani.

La actriz, directora y guionista Maryam Touzani es uno de los mayores exponentes del cine que se hace en Marruecos. Graduada en comunicación y periodismo en Londres, Touzani comenzó su carrera como periodista con un enfoque documentalista y después como cineasta realizando cortometrajes, documentales y largometrajes. Casa Mediterráneo ha programado un encuentro con la cineasta el próximo viernes 4 de diciembre, a las 19 h., dentro del ciclo Mujeres y el Mediterráneo, moderado por la periodista Sonia Marco.

En el encuentro, que podrá seguirse en la web de la institución diplomática y sus redes sociales, Touzani hablará de su trayectoria y de distintos problemas sociales en su país, como la prostitución o la explotación laboral infantil, recogidos en sus trabajos cinematográficos. Su ópera prima, Adam, que revela la situación de ‘ilegalidad’ de las mujeres solteras embarazadas en Marruecos y la exclusión social que viven las viudas que no quieren volver a casarse, representó a su país en la carrera por los Oscar 2020, siendo la primera mujer marroquí en optar a esos importantes galardones. Con el fin de acercarnos a su filmografía, caracterizada por un firme compromiso social, mantuvimos una entrevista con Maryam Touzani.

En toda su filmografía se aprecia un fuerte compromiso con el cine social. ¿Cómo surgió su interés hacia este tipo de temáticas?

Maryam Touzani.

Yo diría que es una cosa que ha surgido de una manera bastante natural porque soy una persona muy sensible a lo que pasa a mi alrededor y, ante todo, lo que me interesa tratar en mi cine es lo humano. Siempre he estado muy cercana a las realidades sociales que vivo y eso ha sido mi mayor inspiración, poder contar historias que no se cuentan a menudo, poder darle voz a personas que no la tienen de manera general ni de forma evidente. Poder indagar, poder comprender y experimentar también, vivir la experiencia de otra persona que puede ser completamente diferente de la que conocemos y darla a conocer a otras personas que pueden ser muy lejanas a esa realidad.

Para mí ha sido una experiencia personal poder vivir, como decía antes, comprender y analizar, evidentemente, lo que ocurre en mi sociedad, en mi entorno, y poder darle una voz. Pero no ha sido algo que yo hubiera pensado hacer desde siempre, no me había propuesto hacer esta clase de cine, sino que ha sido algo que ha surgido de forma natural porque es allí donde va mi corazón, donde naturalmente siento que puedo convivir de alguna manera también.

Cuando cambia la mirada de una sociedad, de una persona y de un grupo se puede influir verdaderamente en un cambio social más amplio, que luego se puede traducir en un cambio de leyes.

Su cortometraje ‘Aya va à la plage’ gira en torno a la explotación de los niños pequeños como trabajadores domésticos. ¿Es éste un problema común en Marruecos?

Ése ha sido un problema bastante común, que afortunadamente se está arreglando un poco porque hay muchísimas asociaciones de protección de la infancia que se han volcado en este tema para intentar cambiar las leyes y sí que hay aspectos que han cambiado en los últimos cuatro o cinco años. Ha sido un fenómeno bastante problemático, que sigue existiendo hoy en día. Cuando hice este cortometraje en 2015, quise contar una realidad que no conocemos, porque a estas niñas que trabajan en casa apenas se las ve, pero hay cientos de miles. Yo quería poder darles un rostro, que existan de otra manera, y que la gente que vea esta cinta corta, de 15 minutos de duración, pueda sentir lo que es ser una pequeña niña que trabaja en esas condiciones, a la que le roban la infancia, a la que le impiden ir a la escuela y vivir como cualquier otra cría.

Considero que cuando sentimos las cosas en nuestra propia piel entendemos las injusticias que se cometen. Para mí lo más importante es poder cambiar la mirada. Creo que las leyes cambian de manera bastante tímida y lenta, pero ante todo lo que hay que cambiar es la mirada porque cuando cambia la mirada de una sociedad, de una persona y de un grupo se puede influir verdaderamente en un cambio social más amplio, que luego se puede traducir en un cambio de leyes. Lo que yo quería era darle una cara verdadera a estas niñas a las que no veíamos, que para nosotros eran sólo cifras en los periódicos.

Como le decía, hay asociaciones que están luchando durante décadas para poder cambiar el destino de estas niñas, que hacen un trabajo extraordinario de reintegración social, de sensibilización para que la gente no las haga trabajar, y de cambio de las leyes, que están evolucionando a mejor. Con el trabajo de las menores creo que hay un cambio verdadero que está teniendo lugar.

Otro tema que trata en su filmografía es el de las madres solteras, que se quedan embarazadas fuera del matrimonio. Esta problemática la aborda en su primer largometraje Adam. ¿Además de ser un fenómeno que cause rechazo social, puede entrañar un problema legal?

Puede haber un problema legal, claro que sí. El hecho de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio es ilegal, entonces el mero hecho de quedarse embarazada sin estar casada es una prueba de ello. Por un lado están las leyes y por otro la aplicación de las mismas. Si así fuese el caso, la mitad de la población tendría un grave problema. Lo que quiero decir es que la ley prohibe el hecho de estar embarazada fuera del matrimonio, pero eso no quiere decir que vaya aplicarse en todos los casos. La ley está ahí como una espada de Damocles y puede ser utilizada. Pero para mí la mayor dificultad es el estigma social. Las leyes han ido cambiando en los últimos años, ha habido algunos avances, no muy grandes pero algunos, para proteger a estas mujeres y a estos niños que antes no estaban del todo amparados por la ley. Eran niños y niñas que no existían legalmente, ahora sí, aunque con muchísimas limitaciones. Las leyes están cambiando poquito a poco y, como decía antes, lo que para mí puede traer un cambio verdadero es el cambio de mentalidad, de mirada que pueda tener la sociedad sobre estas madres y estos niños.

Aunque estén prohibidas las relaciones antes del matrimonio en Marruecos debe haber una parte de la sociedad que se salte esta norma y que lleve una especie de doble vida, de cara al público y en la intimidad. ¿Podría decirse que también hay una doble moral en la sociedad?

Yo no lo calificaría de doble vida. Creo que es una sociedad bastante compleja en la que existe gente extremadamente abierta y moderna y gente más conservadora. Son dos partes de la sociedad que coexisten de manera bastante natural, porque siempre ha sido así y lo sigue siendo. Sí puede haber un poco de doble vida en ciertas partes de la población, pero no lo extendería al conjunto de la sociedad, sería simple calificarlo de esa manera; es mucho más complejo. Para volver a lo que decía antes, esa ley existe, pero la gente sigue haciendo su vida y quien quiere tener relaciones fuera del matrimonio sí que las tiene. Luego está la convicción íntima y personal de cada persona, que puede ser extremadamente diferente entre una persona y otra que esté a su lado, porque existe esta complejidad de puntos de vista, de convicciones y de creencias que conviven.

Adam representó a Marruecos en la edición de los Oscar 2020, ¿qué supuso para usted esa nominación y para la proyección exterior del cine marroquí en un certamen tan importante?

Para mí fue un orgullo poder representar al cine marroquí en un evento tan importante. También poder sentir que una película como Adam, que trata problemáticas que son para mí importantes, pueda tener visibilidad; que esos asuntos puedan existir de una manera más relevante me provoca un sentimiento muy bonito. También creo que para cualquier cineasta el hecho de tener una película que concurra a los Oscar supone una enorme recompensa a su trabajo, sobre todo si lo hace de manera muy personal. Además era la primera vez que Marruecos elegía a una mujer para que representara al país en los Oscar, así que eso también fue una gran satisfacción.

Por María Gilabert Almagro
Responsable de la revista Casa Mediterráneo.

lunes, 11 de septiembre de 2023

RUPI KAUR


Rupi Kaur: “Al recitar mi poesía en el escenario me siento una estrella de rock and roll”

MAGAZINE ESPECIAL 8M

Con apenas 28 años, este referente feminista indo-canadiense es ya la poeta más leída del mundo con solo dos títulos y ocho millones de libros vendidos 

Después de 'otras maneras de usar la boca' y de 'el sol y sus flores', Seix Barral en castellano y Empúries en catalán publican 'todo lo que necesite existe ya en mí' en el que cuenta un episodio de abusos y su depresión

La autora canadiense Rupi Kaur acaba de publicar 'todo lo que necesito existe ya en mí' en Anagrama (castellano) y Empúries (catalán)

La autora canadiense Rupi Kaur acaba de publicar 'todo lo que necesito existe ya en mí' en Anagrama (castellano) y Empúries (catalán) 

 Nabil Shash

Rupi Kaur es un fenómeno planetario. Sus versos han enganchado a la poesía a millones de chicas que han visto en ella un espejo que habla de soledad, de inseguridad, de autoafirmación femenina, de un cuerpo que cambia, que sangra, que da placer y que intenta huir de la lupa del patriarcado, de la desigualdad. Con mensajes contundentes y directos, Kaur (1992), canadiense de origen indio, sorprendió con el autoeditado otras maneras de usar la boca (en su trabajo no hay mayúsculas); luego llegó la reválida con el sol y sus flores. Entre los dos poemarios ha vendido ocho millones de ejemplares.

No quería que los abusos y la depresión formaran parte de mi historia, de mi vida. Pero me di cuenta de que tenía que explorarlo y contarlo

Rupi Kaur

Ahora, Seix Barral (traducción de Elvira Sastre ) y, en catalán, Empúries (Bel Olid) publican todo lo que necesito existe ya en mí, donde la autora y referente feminista se enfrenta a dos de los leviatanes de su vida: un episodio de abusos sexuales y una fuerte depresión. “No quería que todo eso formaran parte de mi historia, de mi vida. Pero me di cuenta de que tenía que explorarlo y contarlo”. En 2018, Magazine la visitó en Toronto. Esta vez el encuentro vía Zoom con un escritora que reivindica el poder de la amistad por encima del amor y que ha recobrado la calma... gracias a la pandemia.

Kaur, fotografiada en plena gira antes de la pandemia por Estados Unidos

Kaur, fotografiada en plena gira antes de la pandemia por Estados Unidos 

 Cortesía Seix Barral / Rupi Kaur

Hace dos años, en Toronto, nos explicó lo que le costó acabar el sol y sus flores y que se estaba batiendo en duelo con su tercer libro. Lo ha logrado.

Hubo buenos y malos días. Un día me parecía buenísimo y al siguiente tenía una crisis monumental. Me he pasado dos años así. El mes antes de la publicación era toda inseguridad y miedo: ¿Un libro de poesía en pandemia? ¿Quién lo va a comprar? No podía ni ir de gira. Y cuando salió…

¿Qué descubrió?

Cuando saqué el primero sentí que tanto éxito era fruto de un accidente, de la suerte; con el segundo pensé que lo compraron porque el primero tuvo éxito; con el tercero decidí que iba a hacer lo que quisiera, dejar a un lado el drama y la ansiedad y me siento muy bien.

¿Cuánto tiempo deja madurar sus poemas? ¿Los silencia un tiempo?

Sí, especialmente en el primer episodio en el que trato sobre los abusos y la salud mental. Creí que nunca iba a publicarlos, pero los escribí porque lo necesitaba. Pensaba que lo guardaría para mí. En realidad, me había estado negando todo eso sobre lo que escribo. No quería que la agresión sexual y la depresión formaran parte de mi historia, de mi vida, pero me di cuenta de que tenía que explorarlo y contar. Al inicio escribí muy libre, sin corregir nada, sin parar. Unos 10 meses antes de sacar el libro, justo cuando el editor espera que lo entregues, empecé a retocar (risas).

Kaur ha publicado tres poemarios, con los dos primeros ha vendido 8 millones de ejemplares

Kaur ha publicado tres poemarios, con los dos primeros ha vendido 8 millones de ejemplares 

 Nabil Shash

¿Era un diario personal?

Sí, sobre todo porque los episodios más traumáticos están al inicio y así puedo acabar el libro con esperanza. Las primeras versiones eran tan deprimentes que mi equipo me decía “sí, están muy bien… pero podrías intentar que el lector no se pase el tiempo llorando”.

¿Es una mujer nueva?

Espero que sí. La primera vez que nos vimos era una chica que estaba pasando por muchas cosas. Ahora, me siento firme y sólida, nadie ni nada puede conmigo. He intentado dejar atrás la montaña rusa de emociones y dudas y darle prioridad a mi felicidad .

Los poemas sobre los abusos sexuales no fueron difíciles de escribir, las palabras venían a mí; en los de mi depresión me costó más, no las tenía

¿Fue difícil plasmar sus sentimientos sobre los abusos y la depresión que sufrió?

En los poemas en los que hablo de los abusos sexuales no diría que fueron difíciles de escribir porque no busqué las palabras, vinieron a mí sin miedo. En los de mi depresión, ahí sí me costó más porque no tenía las palabras y eso me debilitaba. Fue un desafío hallarlas, pero me sirvieron para huir de esa enfermedad. Escribir fue duro y corregirlos más: con alguno me peleé hasta 10 horas seguidas.

Rupi Kaur siempre escribe sus poemas en mínúscula, siguien la tradición punjabí

Rupi Kaur siempre escribe sus poemas en mínúscula, siguien la tradición punjabí 

 Carlota Guerrero

¿Cuánto tiempo le llevó escribir: “me callaré cuando / podamos decir agresión sexual / y ellos / dejen de gritar mentirosa”

Me cuesta escribir del trauma, pero una vez me puse, lo veo como un camino de supervivencia, optimismo y fuerza. Este poema en concreto me costó meses y estuvo buscando las palabras justas hasta poco antes de entregar el manuscrito.

¿Así espanta a sus fantasmas ?

Los ahuyento, sí. He llegado a la conclusión de que mis escritos son autónomos, de que ya no controlo mi poesía. Durante mucho tiempo me he peleado a brazo partido, pero no la domino. Lo que me queda es explicar mi verdad. Este libro cuenta que he sobrevivido.

Mucha gente se mete en las redes y muestra su sonrisa más reluciente… usted las usa para desnudar sus sentimientos…

Necesitaba hacerlo. Empecé en las redes sociales, ahí es donde mostré mi trabajo por primera vez. Ahora las uso más para poner sobre la mesa los temas sobre los que escribo, para que haya debate. Hubo un momento en que me entró miedo a fallarle a la gente. Ya no, quiero hablar y denunciar.

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El cuerpo es el principio y el final de su trabajo. ¿Ha sido un viaje muy largo?

Para mí, el título todo lo que necesito existe en mí, la idea y la conversación gira en torno a la idea de cuerpo como recipiente del alma. Pero a veces uno y otra están desconectados, habitan bajo un mismo techo pero no conviven. Lograr que se acompasen es una manera de luchar contra la vulnerabilidad.

Hay un contraste muy marcado entre los poemas que vuelan con alegría y los que son una espina clavada muy hondo.

Sí hay esa dualidad. Hubo un momento en el que creí que ya no habría felicidad en mi vida. Mi mente me lo decía, era una mentira y me la creía. Luego descubrí que no y que escribir podría ayudar a más gente. Por supuesto que la felicidad es una idea muy fugaz: no es que la encuentras y te la quedas para siempre.

Kaur fotografiada en su país de origen, en el famoso festival literario de Jaipur

Kaur fotografiada en su país de origen, en el famoso festival literario de Jaipur 

 Nabil Shash

A veces la felicidad solo es ausencia de dolor, algo bastante más sencillo y humilde que lo que nos venden.

En Occidente estamos obsesionados con la felicidad, pero en sí no es un fin. Valoro la esperanza que nos sirve para no rendirnos.

¿Para quién escribe?

Para mí, pero los lectores siempre están en mi mente. Mentiría si dijera que no pienso en lo que ellos opinarán de mi trabajo, pero mi estrella polar me dice que tengo que escribir con honestidad y para mí.

Es la autora que más libros de poesía ha vendido en esta galaxia.

Es una locura absoluta. Es algo muy grande; yo soy una chica normal y corriente…

¿No se siente una estrella de Rock?

Cuando escribo no, me veo rara, insegura. Cuando subo al escenario a recitar mis poemas, ahí sí me siento una estrella de Rock.

Muchas  decisiones que tomo están marcadas por la culpa que siento al pensar cuánto esfuerzo han dedicado mis padres toda su vida a poner comida en la mesa

Los poemas dedicados a sus padres son muy poderosos. ¿Estamos hechos de los sufrimientos de nuestros padres?

Sí, muchas de las decisiones que tomo o no están marcadas por la culpa que siento al pensar cuánto esfuerzo han dedicado toda su vida por poner comida en la mesa.

Durante la pandemia, a la gente mayor se la ha dejado de lado, como al eslabón débil de la sociedad. Algunos políticos en EE.UU. hablaron abiertamente de que si alguien tenía que morir que fueran ellos, que ya habían vivido su tiempo.

En mi comunidad los mayores son sagrados, no los escondemos ni los dejamos tirados ni los consideramos un estorbo. Es curioso como en algunas culturas occidentales se invisibiliza a nuestros mayores… y no tan mayores. La de mujeres de poco más de 50 años me han dicho que se sienten así, invisibles, especialmente por la gente joven. 

Rupi Kaur, 28 años, ha conectado con millones de jóvenes lectoras que ven como sus poemas reflejan sus vidas

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 Nabil Shash

Hace dos años dijo que no era un faro del feminismo. Millones de poemarios vendidos después, ¿tampoco?

Solo soy una voz. Hay muchas. Es un honor formar parte del movimiento feminista y me sirve para seguir adelante con mis ideas y mis mensajes para cambiar el mundo, y hay mucho que cambiar. Vivimos en un mundo en el que una de cada tres mujeres en el mundo está expuesta a violencia sexual. Y ese dato es de antes de la pandemia.

La sororidad enraíza en sus versos.

Juntas somos más fuertes. Cuando una se levanta, todas nos levantamos. Si una camina, todas caminamos. Existe ese complejo misógino que quiere dividirnos y vencernos. Ese que dice que las mujeres son muy competitivas entre ellas y eso no es así. Una, en su puesto, puede abrir la puerta a muchas otras.

Solo soy una de muchas voces feministas. Es un honor formar parte del colectivo y me sirve para seguir adelante y tratar de cambiar el mundo: hay mucho que cambiar

Dice: “No podría sobrevivir sin las mujeres a las que puedo llamar amigas”.

Si tuviera que elegir entre amistad y amor… podría vivir sin amor romántico pero no sin amistad. La amistad es medicinal y no se le da demasiada importancia. En los momentos en que tuve la moral muy baja fueron mis amigas las que me llevaban a sitios cuando no podía ni conducir; llamaban al psicoterapeuta para pedir cita aunque no quisiera ir porque no podía salir de la cama.

Los críticos aún deben de pensar de dónde salió y cómo lo hizo.

La verdad es que no me importa (risas). Los críticos pueden confundirte. Al principio me preocupaban. Sus opiniones sobre mi son irrelevantes. Mi padre siempre me recuerda que mis críticos son mis lectores.

La crítica tiene un problema conmigo porque lo que escribo es 'accesible; otra cosa accesible en la vida es buena, pero para ellos, si se trata de literatura, no

¿Es porque su poesía no da rodeos?

La crítica tiene un problema conmigo justo por eso, porque lo que escribo es demasiado "accesible", cuando para mí esa palabra es maravillosa y positiva. Cualquier cosa que en la vida es accesible es buena, pero para ellos, si se trata de literatura accesible no lo es. Eso una idea clasista de ver el mundo, creo que el mundo editorial es clasista: históricamente, siempre se ha publicado en tapa dura para los que tienen más dinero y luego llega la edición en tapa blanda, la más económica. Eso me enferma. En mi caso es al revés. Primero llega la version asequible. Mis padres no se podían permitir pagar 30 dólares por un libro. En mi familia, los libros estaban en la biblioteca o se compraban en la tienda de segunda mano. El mundo editorial tiene muchos aspectos que son una farsa hecha por hombres, constuida sobre el patriarcado y la misoginia.

Rupi Kaur posa con la ediciónen inglés de su tercer libro, 'home body'

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 Amrita Singh

Ha alcanzado el éxito, ¿Por qué sigue teniendo ese punto de inseguridad?

Vaya… Me ha pillado. Esa es mi personalidad (risas). Intento estar en contacto con la realidad, y eso te lleva a la inseguridad, pero eso me hace fuerte para seguir escribiendo, publicando, recitando. Al final escribo para esa chica de 15 años que era yo y que no tenía a nadie.

¿Qué ha ganado y perdido este año?

He recuperado estabilidad y salud mental. Me he congraciado con la calma, con una vida más sana. Pero he perdido a amigos por la covid. He ganado la quietud, es un regalo. Me gusta mucho ir de gira, y lo eché de menos, pero solo al principio. Del 2015 al 2019 no paré ni un momento.

Zadie Smith explicó aquí hace poco que había dejado de fumar, pero que bebía “bastante más”. ¿A qué se ha enganchado usted, si puede confesarlo?

Confieso, confieso. Mis amigos se burlan de que no tengo adicciones, pero en noviembre empecé a beber y no poco. Un amigo había muerto. Las emociones se desbocaron. Al mes paré. Del alcohol pasé a la pastelería: galletas, bollitos de canela… En un análisis me salió colesterol alto y el doctor me los prohibió. Dejé de hornear y me enganché al café y eso todavía no lo he superado. (Risas)

En noviembre empecé a beber. Un amigo había muerto. Al mes paré. Del alcohol pasé a la pastelería y el médico me dijo basta por el colesterol. Me enganché al café...

¿Qué la ha salvado estos meses?

Me ha salvado mi familia, esas tardes de verano bebiendo té... Creo que he oído el trino de los pájaros por primera vez en mi vida, ver cómo las hojas de los árboles cambiaban de color, todo eso me dio mucha alegría. He descubierto la música de nuevo. He bordado, he practicado la alfarería, he cocinado mucho y he comido muchas patatas fritas… y por primera vez no me he sentido mal por ello.

¿Qué poemas tiene esperándola?

Son ideas medio formadas, escritos sobre mi familia que me da miedo publicar. Sí, ya sé, si lo hago tengo que cambiar los nombres.

La poeta y activista feminista canadiense en el festival literario de Jaipur

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 Nabil Shash


https://www.luismaram.com/25-poemas-de-rupi-kaur/#25_Sobre_la_inmigracion.