El ritual del sacrificio para compartir la carne fresca entre familiares y amigos protagoniza los días sagrados de 'Eid al-Adha', una de las fiestas más importantes del Islam.
El patriarca de una familia de comerciantes de antigüedades se prepara para disfrutar de la comida durante el Eid Al Adha en Kashgar, en la provincia china de Xinjiang. La historia de Kashgar se remonta hasta al menos 2000 años y en su día fue una parada importante de la Ruta de la Seda.
Cada año, los musulmanes ansían la aparición de la luna creciente que indica el comienzo del primer día del Ramadán, el mes más sagrado de la cultura islámica que implica un tiempo de autorreflexión y contención. Pero además de esta, otras grandes fiestas religiosas del Islam se guían por la luna, como el Eid Al-Fitr o el Fiesta del Fin del Ramadán y el Eid al-Adha, también llamada la fiesta del cordero.
“Una vez más, miles de animales serán sacrificados en todo el mundo con motivo del Eid Al-Adha para conmemorar el asombroso espíritu de sacrificio de Sayyiduna Ebrahim [Abraham]”, afirma el escritor musulmán Muhammad Ilyaas en su libro El Espíritu del Sacrificio: Sacrificio de Eid Al Adha.
Esta fiesta, celebrada sin fecha fija en el calendario gregoriano porque depende de la luna nueva, tiene su origen en el momento en el que Dios se apareció en un sueño de Abraham, conocido como Ibrahim para los musulmanes, y le pidió que sacrificara a su hijo para probar su lealtad. En 2022, se celebrará de la tarde del 9 a la tarde del 13 de julio.
Sin embargo, cuando Abraham estaba a punto de sacrificar a su hijo, Dios le detuvo y le dio una oveja para matar en lugar de su hijo. Por tanto, la fiesta conmemora la voluntad de Abraham y la misericordia de Dios al permitirle sustituirlo por un carnero. “Toda la vida de Sayyiduna Ebrahim [Abraham] está llena de acciones de autosacrificio”, afirma Ilyas.
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Para conmemorar este sacrificio, a lo largo y ancho del mundo miles compraran miles de ovejas para celebrar una de las fiestas más simbólicas del calendario musulmán. La importancia de estas fechas para los musulmanes se podría comparar con el espíritu de la Navidad cristiano o una especie de Día de Acción de Gracias estadounidense, según explica la exploradora de National Geographic Gwyneth Talley, que pasó en una familia marroquí su primer Eid Al-Adha para poder narrarlo.
“Si bien el Eid suele ser un día, las familias prolongan la festividad durante tres a cinco días, preparando y comiendo varias partes de la oveja y acompañándolas con el té de menta marroquí caliente y dulce”, narra Talley. “Los fuegos artificiales, la compra de la oveja perfecta, ropa nueva para los niños y algunos días de ayuno conducen al último momento: comer cordero”.
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Las familias suelen convivir con sus ovejas durante los días previos a la gran fiesta, hasta que llega el llamado silencio de los corderos. Una oración es la encargada de iniciar la mañana del Eid al-Adha junto a un pequeño sermón sobre el significado religioso de la celebración.
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“Después de la oración y el desayuno, la familia se reúne para el sacrificio conmemorativo de las ovejas”, narra Talley. “Por lo general, el hombre mayor de la familia, junto con la ayuda de un carnicero local, sacrifica las ovejas al estilo halal [una incisión que trata de evitar el sufrimiento y que en la cultura musulmana atestigua la santidad de la carne que se comerá], mientras la familia y los niños observan”.
Los musulmanes aprovechan muchas partes de la oveja creando platos especiales para la ocasión como el boulfaf, que suele ser la primera comida del día de la fiesta del sacrificio. Tras una siesta, la hora de la cena da la bienvenida al Douara, un plato parecido a un guiso. Entre comida y comida los familiares y amigos se reúnen y desean un feliz Eid a todos sus invitados.
Pero ahí no acaba la celebración. Los diferentes platos abarcan varios días tras el Eid. “El kebab (cortes gruesos de filete), el kefta (carne picada con especias) y el mechoui (la pièce de résistance , pierna o paleta asada a fuego lento) son los cortes de carne más codiciados”, explica Talley.
Para los musulmanes, la celebración tiene un gran componente de caridad: intercambian regalos durante la festividad y comparten la carne entre la familia, los amigos y aquellos que no pueden pagar la carne.
Durante los últimos años, el aumento de los precios de los alimentos ha provocado que muchos musulmanes no puedan acceder a comer carne. En lugares como Egipto, el aumento de los precios de los alimentos y el estancamiento de los salarios, han llevado el precio del ganado más allá del alcance de muchas personas.
Aún con las grandes diferencias que pueden marcar la fiesta de unos lugares a otros, en millones de rincones del mundo durante los días que dura la festividad resuenan continuamente dos saludos para ofrecer los mejores deseos: Eid Mubarak y Eid Saeed.
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