OBON, EL REENCUENTRO CON LOS ANTEPASADOS JAPONESES.
El festival Obon (お盆) o simplemente Bon (ya que la o es el prefijo honorífico), es uno de los festivales más importantes de Japón. En la mayor parte del país tiene lugar anualmente durante tres días del mes de agosto, alrededor de mediados de mes, dependiendo del calendario lunar. En algunos lugares del archipiélago nipón, como por ejemplo Okinawa, tiene lugar a mediados de julio, según el calendario solar. La fiesta es en homenaje a los espíritus de los antepasados y las familias aprovechan para reunirse y visitar las tumbas de los difuntos.
La festividad, de origen budista, empezó a celebrarse hace aproximadamente 500 años. Según cuenta una leyenda, un discípulo del mismo Buda era capaz de ver el espíritu de su madre fallecida que sufría y, gracias a las enseñanzas de Buda, pudo guiar a su madre para que pudiera descansar en paz.
La fiesta comienza con el tradicional baile de Bon-odori (baile del Obon) que da la bienvenida a los espíritus de los difuntos y en el que, vestidos con un yukata tradicional (kimono de verano), se baila al son de la música y el repicar de los tambores.
A pesar de ser una fiesta en honor a los difuntos y en la que se cree que los espíritus de los antepasados vuelven para visitar a los vivos, la celebración no tiene nada de triste, muy al contrario, es una ocasión para reuniones familiares donde abundan los bailes, la música, la comida y la bebida. En sintonía con la visión circular del tiempo de la filosofía budista, la muerte está integrada en el curso de la vida como una etapa más y, en vez de vivirla como el fin de todo, se cree que nuestra alma se reencarnará en la próxima vida.
En la mayoría de casas japonesas suele haber un altar denominado butsudan (仏壇), delante del cual se colocan bolas de arroz, pepinos y berenjenas con patas hechas de palillos y sake. El arroz y el sake es para que los difuntos coman, mientras que el pepino y la berenjena simbolizan un caballo y una vaca respectivamente. Se cree que los espíritus de los difuntos llegan a caballo a visitar a los familiares, ya que tienen prisa por llegar a disfrutar del festín y de la compañía de los seres queridos, pero se vuelven montados en una vaca, a paso lento, con pena por tener que despedirse después de la visita.
Durante estos días, también es común visitar las tumbas de los difuntos para limpiarlas, colocar comida, bebida y adornarlas con flores en una ceremonia denominada haka mairi (墓参り), literalmente; una visita a la tumba.
Además, otra cosa característica de esta celebración es la colocación de farolillos en las puertas de las casas para guiar a los espíritus que llegan. El último día se deja que los farolillos se alejen flotando por los ríos o el mar, para que acompañen a los espíritus en su vuelta al otro lado. La visión nocturna de cientos de farolillos navegando por el río o por el mar es algo que merece la pena disfrutar.
Además, cada región de Japón tiene su particularidad a la hora de celebrar el Obon. Por ejemplo, en Kioto, el día de la despedida de los espíritus, las cinco colinas que rodean a la ciudad pueden verse iluminadas con kanjis o letras chinas, en el denominado okuribi (送り火) o fuego de despedida, lo cual también es otra manera de guiar a los espíritus de vuelta y despedirlos hasta el año próximo.
Obon: El festival de los muertos
La segunda mitad de del mes de julio y la primera de agosto, marcan el comienzo del Obon (お盆), el festival japonés donde se homenajea a los espíritus de los antepasados y las familias aprovechan para reunirse y visitar las tumbas de los difuntos.
¿Qué es Obon?
El Obon (o simplemente Bon, ya que la o es el prefijo honorífico) es una forma abreviada de la Ullambana, que en el japonés es urabon e (于蘭盆會 o 盂蘭盆會). En la lengua sánscrita significa «colgado boca abajo» e implica un gran sufrimiento.
Leyenda
Según dice la leyenda, el obon se origina en la historia de Maha Maudgalyayana (Mokuren), un discípulo de Buddha que empleó sus poderes sobrenaturales para intentar contactar con su madre fallecida.
Descubrió que esta había caído en el reino de los fantasmas hambrientos y padecía sufrimientos. Sumamente inquieto, se dirigió a Buddha y le preguntó cómo podía liberar a su madre de este reino. Éste le dio instrucciones para hacer ofrendas el día quince del séptimo mes.
El discípulo lo hizo y, por tanto, pudo ver a su madre. También comenzó a ver la verdadera naturaleza de su desinterés pasado y los muchos sacrificios que había hecho por él.
Feliz por la liberación de su madre y agradecido por su bondad, ambos bailaron con entusiasmo. De esta danza de la alegría vendría el Bon Odori, una festividad en que los antepasados y sus sacrificios son recordados y apreciados.
El festival
El festival dura tres días, y al cambiar el calendario lunar tradicional por el calendario gregoriano con el comienzo de la era Meiji, las localidades de Japón reaccionaron de manera diferente y esto se tradujo en tres celebraciones diferentes de Obon.
-El Shichigatsu Bon («Bon» de julio) se basa en el calendario solar y se celebra 13 y el 15 de julio, principalmente en la región de Kanto (Tokyo y Yokohama) y la región de Tohoku.
-El Hachigatsu Bon («Bon» de agosto) se basa en el calendario lunar y se celebra entre el 13 y el 15 de agosto, constituyendo la fecha más común de celebración en el país (especialmente en Kansai).
-El Kyu Bon (Bon Antiguo) se celebra el día 15 del séptimo mes del calendario lunar, y por lo tanto difiere cada año. El Kyu Bon se celebra en áreas como la parte norte de la región de Kanto, Chugoku, Shikoku y Islas Ryukyu.
Cómo se celebra
Tradicionalmente se colocan linternas chouchin (o faroles) en las puertas de las casas, para que los espíritus encuentren su camino.
En la mayoría de los hogares suele haber un altar denominado butsudan (仏壇), en el que se colocan arroz y sake, una variedad de comidas y frutas, además de pepinos y berenjenas con patas hechas de palillos. El arroz y el sake es para que los difuntos coman, mientras que el pepino y la berenjena simbolizan un caballo y una vaca respectivamente.
Se cree que los espíritus de los difuntos llegan a caballo a visitar a los familiares, ya que tienen prisa por llegar a disfrutar del festín y de la compañía de los seres queridos, pero se vuelven montados en una vaca, a paso lento, con pena por tener que despedirse después de la visita.
La celebración comienza con el Bon Odori (baile del Obon) que da la bienvenida a los espíritus de los difuntos y en el que, vestidos con un yukata tradicional (kimono de verano), se baila al son de la música y el repicar de los tambores.
La música es alegre para dar la bienvenida a las almas de los ancestros, y los pasos de baile cuentan historias dependiendo de la canción. El Bon Odori se celebra durante la noche debido a que se cree que las almas de los ancestros regresan durante la noche.
Durante estos días, también es común visitar las tumbas de los difuntos para limpiarlas, colocar comida, bebida y adornarlas con flores en una ceremonia denominada haka mairi (墓参り), literalmente una visita a la tumba.
El último día se realiza el Tourou Nagashi (灯籠流し), donde se colocan en un río los faroles chouchin para que los espíritus encuentren el camino de regreso al mundo de los muertos.
Obon en Kyoto
En Kyoto, el último día del Obon se realiza el Gozan no Okuribi (五山送り火), o «despedida de fuego». En este día, cinco gigantes hogueras se encienden en las colinas que rodean la ciudad, el más famoso (y el primero en ser iluminado), es el caracter dai (大), en el Daimonji-yama de Kyoto (大文字山 daimonjiyama).
El mejor lugar para ver el festival es desde el Nakagyo Ward, en el centro de la ciudad. Muchos hoteles tienen ofertas especiales donde se ve el Daimonji, por una cuota, se puede ver los cinco encendidos. A muchas personas también les gusta ir por el río Kamo para una excelente vista de los fuegos artificiales o Hanabi.
Los cinco caracteres que se encienden son:
–Daimonji (大文字), el caracter significa «grande»
–Myou/Hou (妙法), los caracteres significan «admirable dharma»
–Funagata (舟 形), la forma de un barco
–Hidari Daimonji (左大文字), una vez más, el caracter que significa «grande»
–Toriigata (鸟居形), la forma de un torii (una puerta de santuario).
Un festival para la vida y la muerte
A pesar de ser una fiesta en honor a los muertos, la celebración no tiene nada de triste, al contrario, es una ocasión para reuniones familiares donde abundan los bailes, la música, la comida y la bebida.
Si tuvimos una buena vida, tendremos una buena muerte, y nos esperarán con amor y alegría ¿Pero qué pasa con las personas que tuvieron una muerte traumática y siguen en el reino de los fantasmas hambrientos y sufridos como la madre de Maha Maudgalyayana?
En el mes de los muertos, además de celebraciones, Japón está lleno de historias de fantasmas. Pronto estaremos compartiendo esas historias con ustedes..
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