martes, 30 de junio de 2020
FELIZ VERANO Y A LEER NUEVAS FORMAS DE ACCESO
LA GANADORA DEL CONCURSO: DISEÑA TU MASCARILLA
Sophia Policena
viernes, 26 de junio de 2020
FIN DE CURSO 2019/2020
LOS NIÑOS Y NIÑAS DE MORELIA
http://www.ateneoesmex.com/inicio/feliz-dia-del-nino-recordando-a-los-ninos-de-morelia/
La acogida a los Niños de Morelia fue resultado de la iniciativa de un grupo de mujeres encabezado por Doña Amalia Solórzano de Cárdenas, que el Gobierno hizo suya. La intención era alejar a los menores de los peligros de la Guerra. La derrota republicana impidió su regreso a España como estaba previsto y de esta manera se convirtieron en los pioneros del exilio en México cuya historia es uno de los capítulos más conmovedores.
Información y fotografias tomados del libro “El Exilio Español en la Ciudad de México”
ROB GONSALVES, ilustrador
Rob Gonsalves (Toronto, 1959) es uno de los creadores actuales de ilusiones ópticas cuyo trabajo es más espectacular. Con influencias de Dalí, Magritte o Escher, el artista canadiense crea imágenes en que varios mundos se funden en una misma obra, de manera que los ojos de un puente se trasforman en barcos o el reflejo de los árboles en un lago da forma a mujeres que surgen de sus aguas.
Todas las imágenes utilizadas con permiso de Saper Galleries (Used by permission)
"The Sun Sets Sail" | "In Search of Sea" |
"On the Upswing" (izda); "Bedtime Aviation" (arriba) |
"Medieval Moonlight" | "Ladies of the Lake" |
"Carved in Stone" | "Tributaries" |
jueves, 25 de junio de 2020
NADA PUEDE SUSTITUIR LA HUMANIDAD DE LOS MAESTROS Y MAESTRAS
Francisco Mora: “Nada puede sustituir la humanidad del maestro en el aula”
Para el doctor en medicina y Neurociencia, los docentes son insustituibles y su labor presencial en la escuela como transmisores de emociones es clave para un acompañamiento y aprendizaje efectivos. Francisco Mora llama a la reducción de cualquier tipo de confinamiento que precise de una formación a distancia ya que, en su opinión, debilita la conexión emocional entre docente y estudiante.
“Sólo el ser humano puede transmitir humanidad”, afirma Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencia y catedrático de Fisiología, en relación al modelo educativo a distancia que se ha impuesto a causa de la pandemia por la Covid-19. En su opinión, nada puede sustituir al centro educativo ni al maestro y cree que de cara al próximo curso escolar no se puede justificar un hipotético modelo educativo en el que la formación online tenga más peso que la presencial.
Autor de ‘Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que se ama’, que se ha convertido en libro de cabecera de multitud de docentes y familias, Mora ha publicado recientemente ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’ sobre el proceso de aprendizaje de la lectura y qué efectos tiene en el cerebro.
Pregunta: ¿Cómo se puede procurar un aprendizaje significativo mediante la enseñanza online?
Nunca es posible sustituir al maestro, al ser humano en el proceso de enseñanza. Solo el ser humano puede transmitir humanidad. Nada puede sustituir al colegio o al maestro o profesor porque la transmisión de conocimientos académicos no vale nada si no va acompañado del sustrato emocional de quien enseña: sólo se puede aprender aquello que se ama.
«Haz atractivo lo que cuentas y puedes llegar a captar la atención en el estudiante y activar su memoria ejecutiva»
Respuesta: ¿Es posible transmitir emoción y amor por lo que se enseña a través de una pantalla?
Es muy complicado y recala en la individualidad del docente: hay profesores que son capaces, a través de Internet, teléfono u otro tipo de conexión no personal, de transmitir un mundo emocional. Y esa es la base en la que se fundamenta la instrucción, entendida como el proceso de aprender y memorizar. Haz atractivo lo que cuentas y puedes llegar a captar la atención en el estudiante y activar su memoria ejecutiva.
P: ¿Cómo pueden los docentes conseguir ese apego emocional en la distancia?
R: Es realmente difícil. No todos los profesores lo logran, muchísimos no lo consiguen. Por eso, de cara al futuro, uno de los principales requisitos deseables en un maestro será que tenga esa capacidad de convertir lo árido o soso en interesante y de este modo abrir los ojos de quien te escucha.
P: Sin embargo, para el próximo curso la formación on line puede volver a tener un enorme protagonismo si se producen contagios en los centros educativos…
R: Me pregunto cómo será posible la propuesta de que sólo el 50% de los estudiantes acuda al aula y que la mitad se quede en casa con instrucción a través del ordenador. ¿Cómo se puede instrumentar y justificar eso?
«Esa instrucción electrónica estaría ausente de los sustratos básicos que permiten aprender y memorizar bien»
P: ¿Qué impacto tendría en los estudiantes?
R: El impacto de aprender fuera del colegio sin la tutela y el amparo del maestro supondría un aprendizaje deficitario. Habría falta de atención, además de faltar la base de la interacción con los compañeros. Faltaría la emoción, el proceso inconsciente que ayuda a poder entender bien lo que queremos aprender. Esa instrucción electrónica estaría ausente de los sustratos básicos que permiten aprender y memorizar bien.
P: ¿Qué cambios necesita la educación de cara al futuro?
R: Los principales cambios necesarios no se refieren a la instrucción, aprender y memorizar en Infantil, Primaria, etcétera… sino a la institucionalización de la relación familia-colegio. Esto no solo consiste en una llamada ocasional del tutor para hablar de los problemas que tiene el niño. Sino que supone la transmisión de valores, normas y hábitos éticos que estén en sintonía; si los valores de la familia son distintos de los del colegio pueden surgir problemas.
P: ¿En qué consisten los hábitos éticos?
Son los hábitos que se acaban adoptando de manera inconsciente, como el hecho de no ocupar los asientos de autobús reservados a personas mayores, embarazadas, etc. No se tienen que pensar, se respetan de forma inconsciente. Es el respeto al otro que se graba en diversas áreas del cerebro y se produce de una manera automática. Los valores, normas y hábitos éticos garantizan la educación propiamente dicha.
R: ¿Y al aprendizaje académico?
P: Es es la instrucción propiamente dicha, el proceso de aprender y memorizar que debe ser una función esencialmente del colegio, institucional, no de la casa. Y en este apartado también estarían los deberes.
R: ¿Qué efectos ha podido provocar esta época de confinamiento en los niños?
R: Depende mucho de la edad. De 0 a 3 años, por ejemplo, si es una familia acogedora y estable que respeta y potencia el juego en el niño, el confinamiento no le afectará de forma trascendente. El juego es su manera de aprender y memorizar de manera inconsciente los patrones motores, sensoriales y emocionales. Sin la duración no es excesiva, el ser humano retoma casi todo lo que dejó aparcado antes del confinamiento, y nos olvidaremos de ello.
P: Acaba de sacar un nuevo libro: ‘Neuroeducación y lectura: de la emoción a la comprensión de las palabras’…
R: Este libro trata, sobre todo, de cómo la lectura transforma el cerebro en su química y en su física a través de procesos de ‘recableado neuronal’ en los que el cerebro reinventa caminos que logran, por ejemplo, que las personas ciegas o los niños que tienen dificultades con la lectura puedan leer bien y alcancen una fluidez de lectura tan alta como la de cualquier otra persona.
MASCARILLAS PARA EL CONCURSO
miércoles, 24 de junio de 2020
Gertrude BELL, la reina del desierto
Gertrude Bell, arqueóloga y espía de Su Majestad
El Museo Nacional de Irak fue concebido como un cofre para las joyas arqueológicas sumerias, asirias y babilonias. Un lugar de peregrinación para quien quisiera conocer la cultura de la antigua Mesopotamia, el territorio entre los ríos Tigris y Éufrates.
Durante el primer cuarto del siglo XX, la viajera, arqueóloga y agente del Imperio británico Gertrude Bell impulsó la creación de una colección arqueológica nacional con hallazgos propios y piezas adquiridas gracias a una ley que ponía coto al expolio de las potencias europeas.
Una intelectual arrogante
La figura de Bell se entiende mejor en su contexto. Como primogénita de Hugh Bell, industrial que suministraba un tercio de las necesidades de hierro del Imperio británico, estaba predestinada a ser la cultivada pero discreta esposa victoriana de un marido a la altura de su alcurnia. Pero a Bell no solo le incordiaba disimular su inteligencia, sino que le costaba encontrar un compañero de conversación en línea con su intelecto.
Bell culminó la carrera de Historia Moderna con sobresaliente. Era la primera mujer que lograba semejante hito, y el diario The Times se hizo eco de ello. Mientras, ni un candidato a marido cuajaba. Florence Bell, madrastra de la joven, confió a Gertrude a su hermana Mary, casada con el diplomático Frank Lascelles, con la esperanza de que la vida de consulado puliera las habilidades sociales de la arrogante intelectual.
David Hogarth descubrió a Gertrude la arqueología y la animó a visitar Petra, la antigua capital de los nabateos, y las ruinas romanas de Palmira.
Gracias a los Lascelles, Bell conoció Persia y a un hombre enamorado, Henry Cadogan, que le abrió la puerta de una cultura que la sedujo por completo. Pero Cadogan era pobre, y Hugh Bell se opuso al matrimonio. Al poco tiempo, además, moría ahogado mientras pescaba, algunos creen que intencionadamente.
Después de esto, Bell pasó varios años desolada trabajando en un libro de viajes, Persian Pictures, y traduciendo los poemas del poeta persa Hafiz, dos éxitos editoriales, así como estudiando árabe y persa. Oriente era Cadogan.
Enamorada de Oriente
A los 31 años, resignada a no casarse, Bell se trasladó a Jerusalén para perfeccionar el árabe. Unos días antes, en Atenas, David Hogarth, prestigioso investigador del British Museum, le había descubierto la arqueología. La experiencia la animó a atravesar el desierto de Siria y llegar hasta Petra, antigua capital de los nabateos, y a las ruinas romanas de Palmira, cuyas largas avenidas de columnas estudió durante dos días.
Su equipaje de exploradora, compuesto de vestidos victorianos y artilugios tan extraños como un baño de lona plegable, despistaban, pero había nacido una investigadora de raza.
En Europa, Bell estudió con el arqueólogo francés Salomon Reinarch, editor de la prestigiosa Revue Archéologique. Él la convirtió en su alumna favorita, le inculcó la idea de que el origen de la civilización estaba en Oriente y le enseñó metodología.
La fortaleza-palacio de Ujaidir, que Bell descubrió durante su larga expedición de Siria a Mesopotamia en 1909, fue su gran hallazgo.
En Mesopotamia, donde había nacido la escritura, había ciudades increíbles sobre montículos cónicos y construidas con ladrillo de barro sin cocer. Algunas, como Ur y Uruk, empezaban a estudiarse. La fortaleza-palacio de Ujaidir, que Bell descubrió durante su larga expedición de Siria a Mesopotamia en 1909, fue su gran hallazgo. La arqueóloga fotografió los detalles de los muros de argamasa y las torres redondas de las murallas. Después dibujó los planos a escala del enorme castillo de piedra y madera, mientras la cinta métrica se le enredaba en los rifles de sus cinco criados, que no olvidaban el estado de guerra latente en el desierto.
Sus expectativas se desinflaron al final de los siete meses de viaje, cuando supo que el arabista francés Louis Massignon había publicado en la Gazette des Beaux Arts una reseña sobre el sitio. Aun así, ella presentaría los planos inéditos del castillo en su siguiente libro, Amurath to Amurath, mezcla de antropología y arqueología. Bell regresaba siempre a la casa familiar de Rounton para escribir, pero sus estancias se acortaban.
Agente del Imperio británico
Bell ya era una arqueóloga reconocida cuando coincidió en Karkemish con dos ayudantes de Hogarth que excavaban por vez primera. Uno de ellos era el joven T. E. Lawrence, futuro Lawrence de Arabia. Bell se escandalizó al ver el pésimo trabajo que realizaban en comparación con la meticulosidad del equipo arqueológico alemán de Robert Koldewey, a quien había visitado semanas antes. En realidad, Hogarth les había encomendado vigilar las obras de la construcción del cercano ferrocarril Berlín-Bagdad.
La inminencia de la Primera Guerra Mundial llenaba Oriente de un clima conspirativo, y la oficina de inteligencia militar británica reclutó a algunos arqueólogos con ayuda del investigador.
En una excavación en Karkemish, Gertrude Bell conoció a T. E. Lawrence, el futuro Lawrence de Arabia.
Por mediación de Hogarth, Bell se convirtió en una fuente clave de información para Lawrence. Ella fue la única oficial femenina en el servicio de inteligencia del ejército británico. Los árabes la bautizaron como la Jatun, “la mujer de la corte que mantiene siempre un ojo y oídos bien abiertos”.
Después de la guerra y de la caída del Imperio otomano, Inglaterra y Francia se repartieron Oriente Medio. Bell dibujó para su gobierno las fronteras de un nuevo país, Irak, con el propósito de provocar los mínimos enfrentamientos entre tribus. Fue la única mujer entre los cuarenta representantes que Winston Churchill, ministro de las colonias británico, convocó en la Conferencia de El Cairo de 1921 para definir el futuro del estado recién creado.
“La reina sin corona de Irak”, como se la apodó, tuteló al monarca elegido, el emir Faisal, y le insistió en reivindicar el pasado glorioso de Mesopotamia para crear una conciencia nacional común en un Irak con grupos étnicos y religiosos tan distintos.
Gertrude Bell instaló el primer Museo Arqueológico de Bagdad en una habitación del palacio de Faisal hasta que consiguió un edificio propio en 1926.
En sus últimos años, la Jatun se centró en la arqueología, e instaló el primer Museo Arqueológico de Bagdad en una habitación del palacio de Faisal, hasta que consiguió un edificio propio, que se inauguró en 1926. Inclinada a la depresión, se quitó la vida unos meses después. Fue enterrada en Irak, junto a la arena del desierto. Había legado 50.000 libras al museo.
Este texto se basa en un artículo publicado en el número 519 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.