Inicio Críticas Estrenos Formato Estandar "Houria" (Libertad): más fuertes juntas
Houria (Libertad) es la nueva película de la directora franco-argelina Mounia Meddour, que en el año 2019 debutaba con la aclamada por la crítica Papicha, sueños de libertad. Se trata de nuevo de una cinta de gran calado social, situada en su Argelia natal y protagonizada, de nuevo, por la actriz argelina Lyna Khoudri (La crónica francesa, Los tres mosqueteros). Una pequeña historia protagonizada por una joven que sueña con convertirse en bailarina profesional y acceder al Ballet Nacional de Argelia. Pero que tras sufrir un duro ataque, tendrá que reorientar su vida.
La película, como hemos mencionado está protagonizada por Lyna Khoudri, Rachida Brakni (Baron Noir), Francis Nijim (Suits) o Salim Kissari (L´homme parfait). Houria se puede ver en los cines españoles desde el 30 de junio de 2023.
Crítica de Houria (Libertad)
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Ficha Técnica
Título: Houria (Freedom)
Título original: Houria
Reparto:
Lyna Khoudri (Houria)
Rachida Brakni (Sabrina)
Nadia Kaci (Halima)
Hilda Amira Douauoda (Sonia)
Meriem Medjkane (Amel)
Sarah Hamdi (Lamia)
Año: 2022
Duración: 104 min.
País: Argelia
Director: Mounia Meddour
Guion: Mounia Meddour
Fotografía: Léo Lefèvre
Música: Maxence Dussere, Yasmine Meddour
Género: Drama
Distribuidor: BTeam Pictures
Tráiler de 'Houria'
Sinopsis
Houria es una joven y talentosa bailarina. Para luchar por sus sueños y conseguir algo de dinero, participa en apuestas clandestinas. Pero una noche, tras haber ganado una fortuna, es atacada. Tras este inesperado acontecimiento, su mundo cambiará para siempre. (BTeam Pictures)
Dónde se puede ver la película en streaming
Una mirada a otras latitudes
Houria se decide por mostrarnos la historia de aquellos que habitualmente no salen en las noticias, si no es para ser protagonistas de alguna tragedia. Concretamente nos localizamos en el castigado país de Argelia. Tierra natal de su realizadora y lugar repleto de pobreza, terrorismo y otras penalidades. Por lo menos para todos esos argelinos que viven con lo mínimo. Este es el caso de Houria (Lyna Khoudri), una joven bailarina que tiene que participar en apuestas ilegales de animales para sacarse un dinero extra. Una situación muy arriesgada que desencadenará en tragedia, cuando Houria sea atacada por uno de los apostantes.
Lo que provocará un shock emocional en Houria de gran calado. Ya que sus sueño de convertirse en bailarina profesional se verá truncado. Teniendo que recuperarse física y mentalmente, a la vez que recompone su vida. Una tarea agotadora que compartirá con un grupo de mujeres, que como ella intentan salir adelante. Todas ellas unidas por el dolor y por eventos extremos. Como la muerte de los hijos, el repudio del respectivo marido o incluso la experiencia de estar cautiva a manos de un grupo terrorista. Experiencias que definitivamente se digieren mejor en colectividad.
Libres a pesar de todo y de todos
Porque si por algo apuesta Houria es por el poder del colectivo para afrontar la lucha diaria. Una lucha por, ni más ni menos, la libertad que aquí vuelve a estar muy presente . Al igual que la realizadora ya hiciera en su largometraje debut. De hecho, houria es una palabra árabe que viene a significar libertad. Una libertad que en el país argelino parece negada para grandes porcentajes de la sociedad. Mucho más si de mujeres estamos hablando. Abocadas, la mayoría de las ocasiones, a la inmigración. Como la amiga de Houria que en un momento dado decide emprender una nueva vida en Alicante, junto a su hermana.
Además del peso inmenso del terrorismo como losa insalvable. Muy presente en la historia familiar de Houria , personificada en la figura ausente del padre. En un sistema que se percibe corrupto e incapaz de lograr una estabilidad que brinde a sus ciudadanos lo necesario. Especialmente con lo referido a la investigación policial del ataque violento sufrido por Houria. Y en general, mostrando una incompetencia total para que los ciudadanos puedan vivir esta única vida que tenemos, en compañía de los suyos y en su tierra natal.
Auguras lo que acontecerá, pero su interpretación lo merece
Es cierto que, posiblemente, Houria cae en ocasiones en lo predecible, con una típica historia de caída y vuelta a emprender el vuelo. Aunque, en este caso, todo resulta más íntimo y progresivo. Quizás demasiado acentuado por giros de guion muy subrayados. Pero, a pesar de ello, la película no deja de emocionar. Gracias a su sencillez y su sensorialidad. Con pequeñas secuencias emocionantes y cautivadoras. Ya sea cuando la madre de Houria le prepara su postre favorito (y el que era el preferido del padre) o cuando lava el pelo de una Houria de mirada ausente.
Así como, gracias a la rotunda interpretación de la joven Lyna Khoudri. Actriz que consigue transmitir un sinfín de sufrimientos, durante gran parte de la trama, sin recurrir casi a la palabra. Muy volcada en su personaje. En una interpretación de esas totales y que pellizcan. Acompañado todo ello de la brillante fotografía de Léo Lefèvre. Con la luz especial del Mediterráneo que contrasta con ese inicio más oscuro. De callejones amenazantes y actos al margen.
Conclusión de 'Houria'
En resumen, Houria es una interesante película para aquellos interesados en las historias sociales que descubren problemáticas poco abordadas. Una pequeña cinta, localizada en Argelia, sobre la mujer y la incansable búsqueda de la libertad. Con una joven aspirante a bailarina profesional que una noche sufre una brutal agresión, tras participar en unas apuestas ilegales. Lo que la conducirá a una crisis existencial y a una lenta recuperación que compartirá con un grupo de mujeres víctimas de todo tipo de agresiones. Siendo un ejemplo clarividente de la importancia del colectivo para afrontar cualquier tipo de lucha. Juntas somos más fuertes.
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