miércoles, 26 de enero de 2022

Sillas en la frontera

llas en la frontera es una antología de textos teatrales escritos sobre mujeres y que hablan de mujeres y migración. Publicado por la Editorial Universidad de Almería (edual), 2018, inaugura la colección de “Migraciones y relaciones interculturales” dirigida por Francisco Checa, Catedrático de Antropología de la Universidad de Almería. Está editado por Concha Fernández Soto, que hace dos años publicó un volumen que complementa éste, Los mares de Caronte, publicado por Fundamentos, en el que autoras y autores españoles de teatro reflexionaban en general sobre el problema de la migración.

Entre las autoras, encontramos a las miembros de El colectivo del Texto Eva Hiberna, Gracia Morales, Marcela Terra y también a Diana de Paco.

 

 

Las dramaturgas de esta edición: las obras: personajes y conflictos

20 autoras de diferentes latitudes han aceptado la invitación para reflexionar a través de la palabra dramática sobre el fenómeno del tránsito asociado a las migraciones. Además como editora he tenido el privilegio de contar con el testimonio directo sobre sus procesos de escritura y sus motivaciones como creadoras, hecho que ha enriquecido enormemente la labor crítica.

Son autoras con voz propia, de distintas generaciones, con inquietudes similares y diferentes, actrices, traductoras, teóricas, docentes, clásicas, modernas, postmodernas, veteranas y principiantes, premiadas, publicadas, con un imaginario propio, con su mundo simbólico y su horizonte de expectativas, con ganas de contar, con las ganas de hacer y construir/deconstruir los valores de la sociedad de hoy y del mañana y con la responsabilidad de hacerse oír. Todas ellas interpeladas por la experiencia de las migraciones, algunas desde la deuda emocional familiar, (hijas o nietas de inmigrantes) o desde su propia experiencia migratoria, o desde su posición transnacional, desde su mestizaje, todas desde el abordaje artístico y las deudas éticas con el compromiso de ciudadanas del mundo, también desde sus propios silencios. Dramaturgas de “suelo inquieto” que escriben “contra el archivo” y comparten territorios desde su diversidad.

Sus textos dialogan con otros textos, como dice Kristeva y pertenecen a la categoría aristotélica de “cívicos”, como cualidad que fomenta la responsabilidad y garantiza los valores esenciales de la sociedad. Son discursos abiertos, múltiples, solidarios, por encima de lo que implícita o explícitamente denuncien, o expresen y resuenan más allá de sus confines nacionales.

Y sus protagonistas: refugiadas, literatas, filósofas, mujeres de radio, exiliadas, presas políticas, desaparecidas, de todas las edades, blancas, negras, de todas las categorías sociales, reinas y plebeyas, de todos los confines, de todas las épocas, conocidas y anónimas. Desde la contemplación a la acción, desde el ayer y el hoy, esas protagonistas recorren espacios variados, reales y simbólicos, para vivir desmemorias, éxodos, exilios, fronteras, pérdidas traumáticas, torturas, refugios, guerras, dictaduras, muertes, estigmatización y xenofobia: cárceles, aeropuertos, centros de detención, cementerios, espacios fronterizos, barcos sin puerto, mares de Caronte, son los no-lugares de Augé pero también “lugares de memoria” como denomina Pierre Nora a los espacios simbólicos que dejan rastros y también rememoran una memoria trágica colectiva (Nora, 1989, 14-19) Porque es importantísimo el papel de los contornos de la memoria en estos textos, lo personal y lo colectivo como base de la memoria histórica y como esperanza de reconstrucción del pasado y proyección hacia el futuro. Y también la transmisión generacional, imprescindible para subsanar en cierta medida los perjuicios que los totalitarismos crean para la pervivencia de la memoria histórica (Labanyi, 2007: 446).

Índice

Prólogo, por Rossana Fialdini-Zambrano

Introducción, por Concha Fernández Soto

 

Textos de:

كرسي عند الحدود, باهرة عبد اللطيف

Una silla en la frontera, de Bahira Abdulati

No es país para negras, de Silvia Albert

Here and Elsewhere, de Nora Amín

María Zambrano, de Lola Blasco

Yo, la Virreina. Yo la mujer, de Antonia Bueno Mingallón

Amparito te ampara y Dña. Amparo os ampara, de Antonia Bueno Mingallón

Fragmentos de luz, de Diana Chery

Ahmed y yo, de Diana de Paco

En un lugar de nadie, de Diana De Paco

Diario de una prófuga, de Juana Escabias

Aquarius, de Safaa Fathy

María Teresa León, Rosa Fría, patinadora de las estrellas, de Concha Fernández Soto

Mientras la quietud, de Teresita Galymani

Punto de no retorno, de Acoyani Guzmán

Carolina, he contado manchas del leopardo hasta llegar a la luna, de Eva Hibernia

Atargatis(Tragicommedia mediterránea), de Patrizia Monaco

De la necesidad y la esperanza, de Gracia Morales

In this world, de Lee Patton Chiles

Pour le meilleur, dMarie Françoise Rovati-Elhouini

Torniquete, de Eva Vasquez

Los girasoles de Van Gogh, de Marcela Terra

Ella en familia, de Patricia Zangaro

 

 

INTRODUCCIÓN:

RECORRIDO DRAMÁTICO DE MUJER Y MIGRACIONES

  1. Las migraciones, tema clave de nuestro tiempo. Nuestro abordaje a través del arte y la literatura

 

El ser humano ha sentido la necesidad de migrar desde el mismo momento en que se ha enfrentado a la búsqueda de mejores oportunidades de vida. Y la historia de la Humanidad es la historia de sus movimientos migratorios.

Para el estudio de este fenómeno, entre otras razones, nació el Laboratorio de Antropología social y cultural (LASC) de la Universidad de Almería, allá por 1995. Y dos años más tarde convocaba a diversos científicos sociales de toda España al primer Congreso sobre inmigración africana, por aquellos días la más significativa y visible en nuestro país. El fruto de aquella reunión científica fue el libro Africanos en la otra orilla (Icaria, 1998). A aquel congreso le han seguido quince ediciones más hasta la fecha, convirtiéndose en un referente a nivel español y europeo y publicando cada año sus resultados en formato libro . Por ello, como una línea de investigación propia, en el año 2004 se comenzó una serie de estudios interdisciplinares para conocer la imbricación que el fenómeno migratorio estaba teniendo en las artes, principalmente en el cine, la literatura (novela, relato corto y poesía) y las artes plásticas, como la fotografía. El resultado son varias publicaciones sobre el particular. Pero no queríamos que nuestro acercamiento se llevara a cabo exclusivamente desde la investigación social, por tanto, propiciamos la participación de diferentes artistas en un certamen internacional creado al efecto, bajo el nombre genérico de “Traspasando fronteras” (del que se convocaron cuatro ediciones, 2006-2009). Los géneros abordados fueron el relato corto, la poesía y la fotografía. Los resultados de estos cuatro certámenes también se publicaron atendiendo a criterios de calidad e interés (véanse F. Checa (ed.), 2006; F. Checa y C. Fernández (eds.), 2007, 2008, 2009).

Cuando en 2009 se crea en la Universidad de Almería el Centro de Estudios de las Migraciones y las Relaciones Interculturales (CEMyRI), bajo el auspicio del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (a través de la Secretaría de Estado de Emigración e Inmigración), en esta Universidad tomaron nuevo impulso los estudios y actividades que relacionan el fenómeno migratorio con las artes. En este sentido, en 2010 se crea un ciclo anual que lleva por título “Género, Cine y Migraciones”, que permite el encuentro con directores, actores o críticos cinematográficos sensibles al tema. Y llegó la hora del teatro, recogiendo el espíritu de “Traspasando fronteras” se editó el volumen colectivo, Los mares de Caronte, Editorial Fundamentos, Madrid, 2016. Se pensaba que en el panorama literario español hacía falta una edición que recogiera una selección significativa de los acercamientos que la dramaturgia actual viniera ofreciendo sobre este amplio fenómeno de las migraciones, al mismo tiempo que ayudara a sistematizar la bibliografía dramática que hasta entonces se había ido produciendo sobre dichas temáticas relativamente recientes.

Y en esta misma línea sigue la presente edición, pero ahora las protagonistas exclusivas son las dramaturgas, el objeto de escritura los tránsitos, las migraciones protagonizadas por mujeres y nos salimos del marco estrictamente español para darle al libro una dimensión más internacional.

 

  1. Las dramaturgas de esta edición: las obras: personajes y conflictos

 

20 autoras de diferentes latitudes han aceptado la invitación para reflexionar a través de la palabra dramática sobre el fenómeno del tránsito asociado a las migraciones. Además como editora he tenido el privilegio de contar con el testimonio directo sobre sus procesos de escritura y sus motivaciones como creadoras, hecho que ha enriquecido enormemente la labor crítica.

Son autoras con voz propia, de distintas generaciones, con inquietudes similares y diferentes, escritoras actrices, escritoras traductoras, teóricas, docentes, clásicas, modernas, postmodernas, veteranas y principiantes, premiadas, publicadas, con un imaginario propio, con su mundo simbólico y su horizonte de expectativas, con ganas de contar, con las ganas de hacer y construir/ deconstruir los valores de la sociedad de hoy y del mañana y con la responsabilidad de hacerse oír. Todas ellas interpeladas por la experiencia de las migraciones, algunas desde la deuda emocional familiar, (hijas o nietas de inmigrantes) o desde su propia experiencia migratoria, o desde su posición transnacional, desde su mestizaje, todas desde el abordaje artístico y las deudas éticas con el compromiso de ciudadanas del mundo, también desde sus propios silencios. Dramaturgas de “suelo inquieto” que escriben “contra el archivo” y comparten territorios desde su diversidad.

Sus textos dialogan con otros textos, como dice Kristeva y pertenecen a la categoría aristotélica de “cívicos”, como cualidad que fomenta la responsabilidad y garantiza los valores esenciales de la sociedad. Son discursos abiertos, múltiples, solidarios, por encima de lo que implícita o explícitamente denuncien, o expresen y resuenan más allá de sus confines nacionales.

Y sus protagonistas: refugiadas, literatas, filósofas, mujeres de radio, exiliadas, presas políticas, desaparecidas, de todas las edades, blancas, negras, de todas las categorías sociales, reinas y plebeyas, de todos los confines, de todas las épocas, conocidas y anónimas. Desde la contemplación a la acción, desde el ayer y el hoy, esas protagonistas recorren espacios variados, reales y simbólicos, para vivir desmemorias, éxodos, exilios, fronteras, pérdidas traumáticas, torturas, refugios, guerras, dictaduras, muertes, estigmatización y xenofobia: cárceles, aeropuertos, centros de detención, cementerios, espacios fronterizos, barcos sin puerto, mares de Caronte, son los no-lugares de Augé pero también “lugares de memoria” como denomina Pierre Nora a los espacios simbólicos que dejan rastros y también rememoran una memoria trágica colectiva (Nora, 1989, 14-19) Porque es importantísimo el papel de los contornos de la memoria en estos textos, lo personal y lo colectivo como base de la memoria histórica y como esperanza de reconstrucción del pasado y proyección hacia el futuro. Y también la transmisión generacional, imprescindible para subsanar en cierta medida los perjuicios que los totalitarismos crean para la pervivencia de la memoria histórica (Labanyi, 2007: 446).

 

  1. “Sillas en la frontera”

 

3.1- Bahira Abdulatif. Silla en la frontera (versión bilingüe árabe-español)

 

Bahira Abdulatif, escribe este texto desde su compromiso social con el tema de los derechos humanos, con especial interés en los derechos de las mujeres en el mundo árabe e islámico.

Ella misma llegó a Madrid tras dejar su puesto como profesora en la Universidad de Bagdad impelida por el empeoramiento de la situación económica durante la Guerra del Golfo y desde esa experiencia biográfica constatable nos habla de las motivaciones de escritura del texto que “plantea varias facetas de la lucha por la libertad, bien huyendo hacia el exilio o el exilio como segunda patria o la relación con el país de origen (o bien permaneciendo en la patria sufriendo el infierno de la dictadura (y de la ocupación también, en el caso de Irak). Esta segunda opción ha llevado a crear una complicada relación entre los que han optado por el exilio y los que han permanecido en la patria. Cada uno tiene su yugo, pero difícilmente puede ponerse en la piel del otro, aunque no es imposible como se ve en el desarrollo del texto”

Y de los puentes culturales que las lenguas propician: “He escrito la obra en español y árabe casi a la vez. Cuando hablaba del exilio me veía más propensa a escribir en español, mientras cuando desarrollaba la parte relacionada con la patria me brotaban las frases en árabe. De hecho, tenía que cambiar mucho en el texto, en sus dos versiones, por este motivo. Una experiencia curiosa, por lo menos para mí, por ser la primera vez que escribía los dos textos casi a un tiempo”

La obra se desarrolla en un espacio fronterizo entre Irak y Jordania, en una referencia temporal que se sitúa una década después de la ocupación americana en Irak en el 2003. En estas coordenadas dos mujeres sin nombre, solo caracterizadas por su edad, 30 y 50 años respectivamente y dos conductores de líneas de autobús de diferente sentido: Ammán-Bagdad y Bagdad-Ammán.

Dos largas escenas, dos destinos que se cruzan y que llegan a intercambiarse en ese espacio liminal de la frontera, ese no-lugar que termina convirtiéndose en un espacio dinámico de reflexión, no exento de miedos, de rupturas, y de reinvención final. Una dialéctica entre los que se han marchado al exilio y aquellos que han optado en permanecer en la patria.

En la primera Escena conocemos las razones que mueven a las mujeres a entrar o salir de Bagdad: la joven quiere regresar para asistir al entierro de su madre; la mayor quiere salir para viajar a Suiza a visitar a su hijo enfermo que vive refugiado en el extranjero.

La joven habla de su rebeldía, de su éxodo, mientras la mayor le habla de las consecuencias del quedarse, de la guerra, del fraccionamiento de la sociedad irakí, de la estrategia de división de la ocupación y de la emergencia del terrorismo y del sectarismo.

La distancia social entre ambas se va haciendo profunda: dolor y sacrificio de los que se quedaron y vivieron la guerra y las consecuencias de la ocupación frente al sufrimiento y la fractura delo que optaron por el exilio, el dolor en la distancia y el corazón partido “yo, vivo en la distancia que separa la patria perdida de la nueva patria que me acogió”.

Pero esa dialéctica frontal va dejando paso poco al encuentro y el reconocimiento del sacrificio mutuo: una con el exilio del hijo comprende la imposibilidad de la vuelta para muchos de los que se fueron, porque ahora son “sospechosos” y objetivo de las milicias y los terroristas, mientras que la joven habla delos nuevos lazos en la tierra de acogida y de la posibilidad de forjar una memoria común nueva. Este personaje joven (quizás su alter ego) simboliza la esperanza futura de construirse, de reinventarse, pese a todo lo sufrido, del concepto amplio de felicidad, de ese vivir entre dos mundos, entre dos memorias, entre dos culturas, de ese vivir alrededor de esos espacios híbridos.

La segunda escena rompe la estructura dramática dialogal al enfrentar a las dos mujeres a los envites de un falso oficial, un miliciano, y a su violencia sectaria al denegarles arbitrariamente sus permisos para salir y entrar de Bagdad.

Irrumpe una refriega de disparos entre milicias y terroristas, guerra feroz de extremismos que evidencia para ambas el repunte de la violencia en Irak como legado de la ocupación estadounidense: “ese es el legado de los libertadores, sangre y más sangre”. Ambas mujeres aprovechan la confusión para intercambiar sus destinos: la mujer mayor se sacrifica, le cede su billete a la joven para que salga de Bagdad, la convence para que se “salve”, para que se reencuentre con su marido, para que luche por su futuro lejos del infierno de su país; la joven, a cambio le llevará un mensaje a su hijo enfermo: “dile por favor, tu madre se sienta en una silla en la frontera, llegará pronto”.

De nuevo esa frontera como espacio liminal de separación, pero también de encuentro.

 https://ovejasmuertas.wordpress.com/2019/04/15/sillas-en-la-frontera/

 

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