domingo, 17 de octubre de 2021

Y las montañas hablaron

 

 La decisión de una humilde familia campesina de dar una hija en adopción a un matrimonio adinerado es el fundamento sobre el que Khaled Hosseini —autor de las inolvidables Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos— ha tejido este formidable tapiz en el que se entrelazan los destinos de varias generaciones y se exploran las infinitas formas en que el amor, el valor, la traición y el sacrificio desempeñan un papel determinante en las vidas de las personas. Seis años después de la publicación de su anterior novela y superados los 38 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, Khaled Hosseini vuelve a demostrar su inmenso talento para narrar historias con valor universal y su inagotable capacidad para crear personajes que nos resultan asombrosamente cercanos y auténticos. “Encontré un hada pequeñita y triste bajo la sombra de un árbol de papel. Era un hada pequeñita y triste y una noche el viento se la llevó.” Cancioncilla infantil de Abdulá y Pari, que se repite a lo largo del libro y que está inspirada en un poema de la gran poetisa persa, la difunta Forugh Farrojzad 582012_185110908349905_1336536282_n «Las dotes narrativas de Hosseini han aumentado con el paso del tiempo […], logra convertir las vidas de sus personajes en una conmovedora obra coral, con su capacidad de ahondar en las vidas de estos personajes y su potencia como narrador.» The New York Times «La belleza del lenguaje, lleno de verdades universales acerca de la identidad y la pérdida, hace que cada una de las partes de la novela sea como una joya […]. El ojo de Hosseini para el detalle y los pormenores emocionales hace de este libro una lectura difícil de olvidar.» Publishers Weekly «Un complejo mosaico […] con personajes delineados con precisión […]. Uno de los libros más interesantes que he leído en mucho tiempo.» Esquire «Una novela vibrante y conmovedora […]. Hosseini sondea los traumas y las cicatrices que producen la guerra, el crimen, el engaño y la enfermedad en las vidas intensas, desgarradoras y fuertemente interconectadas de sus vívidos personajes, y logra crear un gran árbol de la vida que lo abarca todo.» Booklist SINOPSIS La historia arranca en una remota y desolada aldea de Afganistán, donde Sabur y su segunda mujer se enfrentan en condiciones precarias a la llegada de otro invierno implacable. Abdulá, el hijo mayor, de diez años, ha cuidado de su hermana Pari desde que era pequeña, y ahora ambos escuchan cautivados la triste historia que les relata su padre antes de acostarlos, la víspera de iniciar un largo viaje que los conducirá hasta Kabul. Allí, en las bulliciosas calles de la capital, dará comienzo este fascinante itinerario que guiará al lector desde el otoño de 1952 hasta el presente, de Kabul a París, desde la isla griega de Tinos hasta San Francisco. Más sobre Y las montañas hablaron en Facebook KHALED HOSSEINI facebook.com/KhaledHosseini facebook.com/KhaledHosseini Khaled Hosseini nació en Kabul, Afganistán, y se trasladó a Estados Unidos en 1980. Estudió Medicina en la Universidad de California y mientras ejercía como médico empezó a escribir Cometas en el cielo. En 2006 fue nombrado embajador de buena voluntad del ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados). Tanto su primera novela como la posterior, Mil soles espléndidos, se convirtieron pronto en superventas internacionales y han sido publicadas en más de setenta países. En 2007, Khaled puso en marcha la Fundación Khaled Hosseini, destinada a proporcionar ayuda humanitaria al pueblo de Afganistán para intentar aliviar su sufrimiento y contribuir a crear comunidades prósperas. Actualmente vive en el norte de California. 

FRAGMENTOS DE LA NOVELA

 «Abdulá no lograba imaginarlo columpiándose. No conseguía imaginar que hubiese sido un niño alguna vez, como él. Un niño. Sin preocupaciones, ágil como el viento, corriendo por los campos con sus compañeros de juego. Padre, con sus manos llenas de cicatrices, su rostro surcado por profundas arrugas de cansancio. Padre, que podría haber nacido con una pala en la mano y tierra bajo las uñas.» […] «Cuando era niña, mi padre y yo teníamos un ritual nocturno. Después de rezar mis veintiún bismalá, él me metía en la cama, me arropaba, se sentaba a mi lado y me quitaba los malos sueños de la cabeza pellizcándolos entre el índice y el pulgar. Sus dedos iban de mi frente a mis sienes, para luego buscar con paciencia detrás de las orejas y en la nuca, y con cada pesadilla que me arrancaba chasqueaba los labios, haciendo el ruido de una botella al descorcharse. Metía los malos sueños, uno por uno, en un saco invisible en su regazo y ataba su cordel con fuerza. Entonces hurgaba en el aire en busca de sueños felices con que reemplazar los que había quitado. Yo lo observaba ladear un poco la cabeza, con el cejo fruncido y los ojos moviéndose de aquí para allá como si tratara de oír una música distante, y contenía el aliento, esperando el instante en que esbozaría una sonrisa, canturrearía “Ah, aquí hay uno” y ahuecaría las manos para dejar que el sueño le aterrizara en las palmas como un pétalo que caía caracoleando de un árbol. Y entonces, muy suavemente, pues mi padre decía que todas las cosas buenas de la vida son frágiles y se quiebran con facilidad, alzaba las manos y me frotaba la frente con las palmas para meterme la felicidad en la cabeza.»

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