1. Una muestra de agradecimiento
El exvoto se relaciona con una promesa —un voto—y los exvotos mexicanos están profundamente influidos por la iconografía de las cortes europeas, cuyos miembros solían tener retratos en compañía de sus santos favoritos. De este lado del charco, los retablos se extendieron rápidamente entre las clases populares hasta convertirse en lo que son actualmente: una mezcla de fe y alivio, señales de agradecimiento con un toque de humor y —en muchas ocasiones— alarmante ortografía.
2. Finales felices
Los exvotos se distinguen por su colorido, su gracia y elementos surrealistas. Los colores vivos se mezclan con historias que no podrían suceder sin un milagro de por medio y retratan los favores otorgados por un santo o una virgen. Un retablo típicamente mexicano incluye la escena, la narración del suceso ocurrido y, desde luego, la manifestación divina. En ellos no hay espacio para la tristeza ni la desgracia, todos los finales son felices. Los fieles logran su cometido, aprenden su lección e incluso enderezan el camino después del favor concedido.
3. Amor, sexo, drogas y marcianos
Por alguna razón, los fieles mexicanos tienen muchos encuentros cercanos con formas de vida extraterrestre, además de brujas, calacas y hasta con el demonio… o por lo menos eso es lo que vemos reflejado en muchos exvotos. En estos casos se agradece el ser liberado de las garras de seres sobrenaturales o de otros planetas, pero estos no son los retablos más extraños que puedes encontrar en México.
A pesar de que la iglesia ha mostrado dureza y desaprobación frente a la homosexualidad y las actitudes licenciosas, parecería que los santos resultan más tolerantes o de plano se hacen de la vista gorda. Es frecuente encontrar retablos desbordantes de lujuria y otros símbolos pecaminosos en agradecimiento de sanaciones por fracturas de pene, recuperación de la salud tras haber asistido a prostíbulos, uniones exitosas entre parejas del mismo sexo, la buenaventura en el transporte de drogas, el poder disfrutar nuevamente de los placeres físicos y muchas otras cosas. En los exvotos cabe todo, nada se juzga ni es mal visto.
4. Los santos predilectos
Incluso en la fe hay consentidos. La mayoría de los exvotos se ofrendan a San Judas Tadeo, a la Virgen de Guadalupe, al Santo Niño de Atocha y a la Virgen de San Juan de los Lagos. Este grupo de santos tiene tal número de exvotos que bien podemos considerarlos como los más cumplidores. En menor proporción se encuentran representados Jesús Malverde, San Pascual Bailón, San Miguel Arcángel, San Sebastián, la Virgen de la Soledad, la de Juquila y la del Rosario.
5. Con que se entienda basta
Se les llama retablistas a los artistas encargados de crear los exvotos. Muchas de sus obras son realizadas en cartón que aún muestran la marca del producto al que pertenecían, pero también los hay en láminas metálicas y madera. Y algunos están mejor dibujados y explicados que otros, aunque la ortografía, el estilo y el material en que se plasma es lo de menos cuando de agradecimiento se trata. El chiste es que se entienda y pueda ser apreciado en alguna parroquia o iglesia.
6. Talento mexicano
Alfredo Vilchis “Da Vilchis” es uno de los retablistas mexicanos más reconocidos. Sus obras han sido expuestas en varios países y cuelgan en las paredes de distintas partes del mundo. Carlos Monsiváis lo llamó el cronista-pintor, por contar las desgracias y la redención del pueblo a través de sus exvotos.
Da Vilchis le ha dado a esta expresión artística un toque de modernidad. Ha pintado exvotos inspirados en las obras de Gabriel García-Márquez, ha tratado temas como la migración, la homosexualidad, el viagra, los atentados terroristas del 11 de septiembre, la CNTE en Oaxaca y hasta sobre Donald Trump.
7. Piezas de museo
Ya sea por sus colores o por su picardía, esta forma de agradecimiento provoca risas, ternura y ha logrado hacerse de un lugar respetado dentro del arte popular mexicano. Muestras de exvotos mexicanos han sido expuestas en museos de Alemania, Francia e Inglaterra. Además, este arte ha inspirado a artistas como Frida Kahlo —quien pintó un retablo sobre su accidente— y Gerardo Murillo. También cuentan con un espacio permanente en el museo de la Basílica de Guadalupe y puedes ver una buena selección de ellos en el sitio Exvotos, retablos y milagritos.
Con tantos exvotos, no resulta difícil considerar que en México los milagros son algo bastante cotidiano.
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