Estos últimos diez días han sido días duros tumultuosos donde
las imágenes y las emociones se me enredan, atrapadas en una tela de araña como
lágrimas en una mañana de orbayu pertinaz.
El desgarro se trenza con el asco, con el miedo, con el
feroz aliento de la ira, con la indignación por la constante falta de respeto
con que nos tratamos como especie humana. No hay más que ombligos que tratan de
sacar su beneficio. La educación pública
se muere la están matando. La matan la ignorancia, el ostracismo, el maltrato, la violencia institucional
con que se desarrollan las vidas cotidianas de los más vulnerables, de los que
no tienen voz para defenderse.
Miro al sur a África y veo las tontinas, que son sus prestamos
que hacen las mujeres entre ellas para ayudarse, cuando una empieza a trabajar da a la comunidad parte para que
cuando otra necesite, o ella necesite pueda tener una ayuda.
No vivimos el aire, los maestros y maestras no revindicamos
dinero, es más que eso, no somos
banqueros que solo queramos beneficios. El mayor beneficio para una maestra te
inunda el alma y te hace sentirte satisfecha cuando una abuela en la puerta del
patio te dice: - No paraba de decir la neña que quería escuela, escuela.- Y la
niña feliz, se abraza a su maestra, sonriente. No hay dinero que pueda superar
el orgullo que se siente cuando tras haber dejado hace años a un alumno lo
encuentras por un pasillo y viene a verte, te abraza y te da las gracias por la ayuda que
diste. Tejemos y forjamos generaciones para el
futuro. Un futuro que es el nuestro.
Es doloroso ver las aulas vacías, escuchar que no entienden nada y que no pueden
ir con sus maestros a manifestarse por una escuela pública de calidad porque si
los agarra la policía los mandan a sus países. Es frustrante ver como no pueden
ser atendidos con un mínimo de calidad, como no se les dan recursos humanos y
materiales. No se puede masificar los
sistemas que deberían proteger a los más vulnerables, a la infancia, a los que
carecen de salud. Sanidad y educación son las ruedas de la bicicleta y sin
ellas no hay movimiento.
Si no se escucha cómo va se va a dar un diálogo, ni una negociación. No se puede seguir
maltratando así a las personas. Muchas están dejando el sueldo sin flaquear, otras
se debaten entre la rabia profunda de no poder ponerse porque la jubilación
está a la vuelta y el castigo económico es desproporcionado.
La huelga es un derecho y ¿cómo es posible que ejercer un derecho
esté penalizado en un sistema democrático?
Los directores y directoras de 85 centros de Primaria y en muchos de ellos los equipos
directivos al completo dimiten de sus cargos. Y con su dimisión dicen:
- - Basta ya .-
Conozco a un puñado de ellas y
ellos, son personas muy responsables,
son honestas, sensibles a las necesidades de su alumnado y sus comunidades
educativas. Y por encima y antes que nada son maestros y maestras valientes.
Os felicito y estoy orgullosa de este acto de valentía y de coraje para tratar de poner un poco de cordura y de diálogo en estos días de lucha por el bien común. Gracias por el apoyo.
Encarna González Herrero
Muy cierto. Una reflexión llena de experiencia. Soñemos que todo se arregle y vaya a mejor.... más nos vale. Todo mi apoyo y amor a una institución y a una sociedad que imagino llena de humanidad y bases firmes para la mejor de las convivencias...a pesar de... Basta ya!!!
ResponderEliminarEs difícil de entender, viendo además como se gast el dinero público en cosas banales, en construcciones que lo que hacen es llenar bolsillos de "cierta" gente, en...tantas y tantas cosas. Qué Ena olvidar lo importante, las personas. Sin Educación somos muebles que nos traen y llevan pa dónde quieren!!! Marta Beiro
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